Yo que creí que sólo había mamás que se enfrentaban por el tipo de crianza con o sin apego. Pero no, ya me di cuenta que somos guerreras en todo, o más bien peleoneras y a veces, de verdad, nada nos acomoda, aunque ni siquiera se trate de nuestros hijos.

¡Qué guerra vi desatada en las redes entre las mamás que llevaban a sus hijos a la escuela con las frías temperaturas de la semana pasada y las que decidían mejor guardar a sus cachorros de las inclemencias del tiempo! Pero, en serio, ¿criticarse?, ¿juzgar?, ¿atacar?, ¿ofenderse?, ¿pelear?

No hay un ejemplo más claro de que las circunstancias maternales son individuales. Si eres una mamá que trabaja doce horas desde temprano y no puedes resguardar al hijo, o si eres una mamá que hace “home office”, vende a domicilio o visita clientes y tampoco puedes o quieres quedarte con los chiquillos; si te dedicas ciento por ciento a la maternidad y puedes seguir acostada con tus retoños, ver una “peli” y desayunar en la cama, o qué tal que eres una mamá enferma que no tiene ayuda o tienes 3 nanas por hijo. ¡¿Cómo se puede comparar?! No hay punto, por lo tanto no debería haber conflicto.

Pero ahí estaban las mamás en pie de guerra, en dos bandos muy claros. Las que se autonombraban “buenas madres” (así lo leí por ahí) y mandan sí o sí al hijo a la escuela porque si no los enseñas a ser irresponsables y cuando sean grandes van a querer faltar al trabajo por el frío y este país necesitas producir y no razones para flojear (les juro que eso no pasa, lo digo por experiencia propia), y a las que llamaban sobreprotectoras porque de plano decían que con 1 grado su hijo no salía de casa.

Las redes nos exponen a muchas cosas y una de ellas es a ser señalada por tus opiniones o decisiones de cualquier tipo, y si como mamá te avientas a preguntar en un foro de esos dedicados a nosotras: “¿Van a llevar a sus hijos a la escuela mañana que bajan las temperaturas?”, estoy segura que no esperas que se te abalancen con todo o que tu pregunta se convierta en un campo de batalla. Yo no hice la pregunta, aclaro.

Confieso que me enganché un poco y quería hacerle de mediadora para calmar las dos posturas radicales y luego pensaba: ¿para qué? Nadie va a cambiar sus opiniones, que parecen inamovibles y seguro cada quien acaba decidiendo lo que mejor le acomode. Y pues de eso se trata, de entender al de junto y hacer lo que consideres bueno para tus hijos. No hay una sola forma de hacer las cosas, de verdad que no.

¿Yo? soy un poco de las dos. El primer día de frío del terror lo mandé al cole, el segundo no y el tercero hasta a natación lo llevé. Sí, anda mocoso y a veces tose, pero está bien. Guardado y sin guardar. Afortunadamente mis circunstancias de trabajo y familiares nos permiten probar las dos formas y somos felices y estamos acomodados con ello.