Hola a todas, mi nombre es Alejandra Hernández, tengo a mi bebé gracias a Dios conmigo con altas y bajas pero puedo decir realmente que es un guerrero de los más grandes . Yo me embaracé y llevé mi embarazo muy cuidado por una nutrióloga, ya que estaba gordita y en vez de subir de peso: baje. Pero eso sí, ella me cuidó mucho.

Puedo decir que durante el embarazo no tuve complicaciones. Llegó mi bebé un 16 de noviembre. Fueron 5 horas de labor de parto y al nacer todo estaba bien. Me alivié en una clínica del IMSS, salimos de la sala de labor de parto y estábamos en recuperación pero en la noche yo me sentía muy mal, ya que tenía mucho sangrado y a pesar de esto los doctores me decían que era normal. Yo sabía que había algo mal, entonces llegó la enfermera y comenzó a gritar.“Doctor venga por favor, ella se está desangrando”. Así fue como por fin me atendieron, me llevaron a la sala de labor para hacerme un legrado ya que no me habían limpiado bien.

Recuerdo haberme quedado dormida ya que perdí mucha sangre, pero al despertar sólo pedía ver a mi bebé. Por fin, me lo pasaron y logré notar que él estaba bien y ahí descansé. Después de lo que me pasó decidieron dejarme hospitalizada, sin embargo yo notaba que a mi hijo le pasaba algo, no quería comer a pesar de que le administraron glucosa. Logré que le hablaran al pediatra para que lo revisara.

Al llegar el pediatra me dijo que su pancita estaba inflamada, mandaron pedir leche pero no quiso y aunque estaba desesperada nadie me hacía caso. Llegó lo peor, el día siguiente me dieron de alta y cuando me estaba cambiando, mi bebé comenzó a vomitar. Viví lo más espantoso, me lo arrebataron de los brazos para tomarle placas y decidieron internarlo.

A los 3 días de nacido lo operaron realizándole una colostomía innecesaria ya que lo que tenía era tapón meconial (El meconio espeso, denso y gomoso forma un molde del colon, lo que provoca obstrucción completa) . Después de mes y medio lo dieron de alta, no saben el miedo que tenía, ya que al ser un recién nacido con una operación como le hicieron debía tener cuidados extras. Esto no termina aquí, los doctores lo habían operado mal, por lo que a los 15 días tuvo que regresar al quirófano ya que no le habían sujetado bien los “estomas”.

Ahí iba mi pequeño a una segunda cirugía a tan solo mes y medio de haber nacido. No era fácil para mí, no era fácil bañarlo ya que por la operación tenía los intestinos por fuera, tenía que ponerle pañal sólo para pipí. Las bolsas para protegerlo eran muy caras, ya se imaginarán lo que vivía. Mi hijo vivió en urgencias por un tiempo, la estaba pasando tan mal que hasta logré ir a un psicólogo y ahí gracias a DIOS conocí a una enfermera que me ayudó mucho, me ayudó a no tenerle miedo a nada. Me enseñó a entender lo que mi hijo estaba viviendo, le perdí el miedo a bañarlo, a cambiarlo, a cargarlo ya que no quería que nadie lo cargara.

Soy mamá soltera, por lo que me la rifé sola. Tuve el apoyo de mis papás y mi hermana y agradezco infinitamente que hayan estado a mi lado, sino no hubiera soportado todo lo que nos pasó. Llegó el momento de cerrar su herida por lo que mi pequeño volvió al quirófano después de 7 meses de estar con una colostomía. Cuando pensaba que todo mejoraría, no fue así. No podía ir al baño por lo que su herida comenzó a abrirse, nadie me hacía caso, nadie lo atendía. Tuve que irme del seguro social y llevármelo a un centro médico, mi hijo se me iba muriendo. Pero sé que tiene un gran ángel de la guarda y éste permitió que llegáramos con vida y al entrar lo metieron directo al quirófano una vez más.

Mi pequeño estuvo sin comer un mes, por fin su herida logro cerrar sola, lograron darle de comer y sus intestinos comenzaron a funcionar perfectamente. Era un milagro después de lo que habíamos vivido.

La impotencia y el coraje vino después cuando la cirujana del centro médico me comentó que todo lo que había vivido mi hijo pudo haberse evitado, que él no necesitaba las cirugías ya que si lo hubieran atendido bien, sabrían que sólo tenían que remover el tapón meconial sin necesidad de una colostomía.

Cuando escuché esas palabras me dio mucho sentimiento ya que mi hijo sufrió durante un año. Con esta historia espero ayudar a muchas mamás, ya que yo sufrí esto por no tener la información correcta.

GRACIAS A TODAS POR LEERME

Alejandra Hernández