Según el National Institute of Mental Health, el 80% de las mujeres puede sentir tristeza postparto (conocida como baby blues) y un 15% depresión post parto.*

Las hormonas que sostienen un embarazo caen en picada al nacer el bebé lo cual puede ocasionar una descompensación química en el cerebro, aunado a la falta de sueño, y el trabajo continuo que implica hacerse cargo de un bebé, la situación puede volverse compleja.

Y ahora las invito a regresar conmigo 7 años, un 15 de abril cuando sostenía yo a mi primer hijo, después de un embarazo planeado y siendo un bebé muy deseado

Habíamos pasado por tanto para estar ahí, con 2 amenazas de aborto y tener que pasar el final del embarazo en reposo, ahí estaba yo por fín, sosteniendo a mi primogénito.

El parto había ido excelente tal como lo habíamos preparado mi pareja y yo, fue un parto en agua totalmente respetado y humanizado, con corte tardío de cordón y además fue muy rápido.

Y recuerdo después de los primeros minutos de sorpresa y admiración, voltear a ver a ese ser humano tan pequeño, tan desvalido y tan dependiente de mí y sentir como un agujero profundo de tristeza muy adentro mío , una especie de desolación, mi experiencia con los bebés era mínima, nunca había cuidado o cargado a un recién nacido, más que unos minutos para conocerlos, y aquel pequeño bebé era tan diminuto, tan frágil yo sentía tanto miedo de mí, de hacerlo mal, mi madre había fallecido así que la experiencia me encontró huérfana.

Cuando nace un bebé nace una mamá y nacemos como ellos tiernitas, desconcertadas, vulnerables y a veces, si nos sentimos solas, también podemos estar asustadas.

La estadística dice que sólo el 15 %  de las mujeres vivimos una depresión post parto, yo diría que muchas más, porque lo curioso de esta depresión es que es que avergüenza. Como sentirse triste, si has parido, si tu hijo esta sano, si todo salió bien (en mi caso) ? como sentirse triste si el bebé era muy planeado?

Además de estos pensamientos esta el apoyo que se reciba en estos momentos, recuerdo muy bien a la persona que nos estaba acompañando en este parto, recuerdo sus palabras dichas sin malicia: Veo tus ojos tristes, pero tu estas contenta verdad?

Como podría ser de otro modo verdad? Pues la verdad es que quería llorar y gritar y esconderme un poquito, porque justo en ese momento sentí la abrumadora sensación ya era una madre, tenía un hijo o el hijo me tenía a mí y en ese momento no estaba segura de ser suficiente.

Así que con esa carga, la carga del silencio empecé mi maternidad sin saber a quien acudir y con vergüenza de admitir mis sentimientos incluso ante mí.

Cuando por fín me di permiso de reconocer como me sentía empecé a buscar información por aquí y por allá, y asistí a grupos de apoyo a la lactancia.

Mis lecturas y la lactancia materna exclusiva fue lo que ayudo a que mi pequeño y yo pudiéramos establecer un lazo genuino de amor y aceptación mutua.
Pero creo que hubiera sido mucho más fácil si este período fuera más aceptado, más reconocido, si la depresión postparto no fuera algo que se deba ocultar sino una oportunidad para dar y recibir ayuda.

El puerperio es un etapa delicada para ambos, mamá y bebé y el apoyo incondicional es muy necesario, especialmente si se vive con alguna carencia familiar o personal.

Comparto mi experiencia con este fín, como ayuda solidaria porque ninguna mujer debería atravesar el postparto en ausencia de apoyo, físico y emocional.


Abrazos desde el corazón
Silvia

Mama de 3 , Unschooler por convicción, ferviente promotora y practicante de lactancia, porteo, colecho, pañales de tela y crianza con apego, ecologista desde hace un rato, promotora de bienestar a través de la filosofía “Tres principios”.