Una mujer compartió su increíble historia debido a que quedó embarazada dos veces en una semana, pero lo que resulta increíble para la australiana es que le habían dicho que nunca podría tener hijos debido a que fue diagnosticada con síndrome de ovario poliquístico cuando tenía 15 años.

Su nombre es Kimberley Tripp y actualmente tiene 35 años, aunque temía que nunca pudiera formar una familia, ahora es madre no solo de uno, sino de dos bebés, quienes además se llevan una semana de diferencia.

Esos dos detalles no son los más increíbles de su historia, ya que Kimberly se embarazó mediante un tratamiento de FIV, es decir Fecundación in Vitro, por lo que se sorprendió al descubrir que había concebido otro de manera natural.

Foto: Mirror

La joven originaria de la ciudad de Brisbane en Australia, contó con el apoyo de su esposo Adrian de 35 años para su fecundación in vitro, cuando logró quedar embarazada en julio de 2019, no podían creer que estaban esperando gemelos.

“No podíamos creerlo. Nunca supe que algo así fuera posible. Estábamos tan felices de tener gemelos. Temí que nunca tendría un bebé, y mucho menos dos”, contó Kimberley, quien ahora es madre de Leo y Patrick, que tienen15 meses.

La pareja explicó que al ver su primer ultrasonido a las seis semanas descubrieron que tendrían gemelos y su reacción fue quedar en shock ya que solamente habían transferido un embrión por lo que no entendían cómo sucedió.

Foto: Mirror

“Pero mi médico me explicó que uno de los gemelos se concibió de forma natural y el otro se realizó mediante FIV”, este fenómeno se llama superfetación, que es cuando se produce un segundo y nuevo embarazo durante un embarazo inicial.

Aunque los bebés son considerados gemelos por nacer el mismo día suelen ser de diferente tamaños y eso se vio reflejado en sus pesos al momento de llegar al mundo, mientras uno pesó 2 kilos 700 gramos, el otro pesó 1 kilo 900 gramos.

Kimberley comparte su increíble historia para dar esperanza a otras personas que luchan con la fertilidad.

“Patrick nació primero y es el gemelo más grande. Es descarado, travieso, muy decidido y mandón. Leo es el gemelo más pequeño. Es tan cariñoso y risueño y siempre sonriendo, y es el bromista de los dos. Nunca esperé que nos pasara esto y durante mucho tiempo pensé que nunca podría convertirme en mamá. Pero los milagros ocurren, y ahora siento que mi mundo está completo. Estamos tan felices”.