De niños pensamos que nuestra mamá es ese ángel protector que mientras este cerca no nos pasara nada, nuestra mirada se ilumina al verla, sabemos qué de alguna manera ella nos dará eso que necesitamos, hay tantos ejemplos de madres heroicas que incluso se ven afectadas físicamente con tal de salvar a sus hijos, es como un chip sobrenatural que todas las mujeres adquieren cuando son madres y les infunde una fuerza extraordinaria.

Conforme el hijo va saliendo del circulo sagrado que es el núcleo familiar, empieza a observar lo que le falta en casa o lo que tiene en casa, comparando constantemente y dejando escapar sin darse cuenta alguna exclamación de “Si ella es mi mamá” que en algunas ocasiones es en todo de pena y en otras de admiración, pero forma parte del desarrollo cognitivo de los chicos.

Pasados los años, ya no queremos tener tan cerca de nosotros a mamá, es más preferimos que este lo más lejos posible ya que ella siempre echara a perder los planes que tenemos con los amigos, querrá saber todo lo que nos sucede y peor aún siempre tiene que dar su opinión, y en este momento la mamá se vuelve un poco no grata para nosotros, así que hay que hacer una gran labor de camuflaje para nuestras ideas, salidas, platicas con amigos y más.

Ya casi llegando a la edad adulta nos damos cuenta que mamá no es tan especial que digamos, ni sabe todo , es mas a veces vemos como se equivoca , esto no lo habíamos pensado antes, además su físico ya no luce tan bien pero como es mi mamá, tengo que festejarla el 10 de Mayo como lo hacen todos, a veces lo que en verdad quisiéramos es que pronto se acabe ese día porque tenemos más compromisos que atender y además mamá como esta con todos los hijos no puede atendernos bien , así que decidimos acortar la visita y que se quede con los demás hijos, porque hay que cumplir con la mamá del novio, ella si es una gran mamá.

Y de pronto nos casamos o decidimos tener una pareja y la vida nos regala nuestro primer hijo, observas a tu alrededor y ya no hay tantos amigos como antes, cada quien tiene demasiadas ocupaciones como para estar cerca de ti, la pareja que elegimos no siempre está de buen humor y a veces hasta discute y se va de la casa, es ahí cuando volteamos a ver a nuestro pequeño hijo y nos emociona como nos mira con admiración y eso nos llena el alma, y empezamos a entender que es ser mamá y a recordar esa mirada dulce de nuestra madre, ese Si constante a lo que queríamos, esa ternura de su regazo donde tantas veces lloramos primero la pérdida de un amigo y después la pérdida de un amor, entonces evocamos su aroma y la dulzura de su voz.

Pero en muchos casos, mamá ya no está ahí, ya no puedes agradecerle que siempre te traía en sus brazos y te defendía como una leona, y justo en ese momento que más lo necesitas, ves un sillón vacío. En otros casos está cansada, enferma y su pequeña casa es el único lugar donde puede estar, entonces empiezas a apreciar su presencia, su valor y su entrega, pero para muchos su mamá aún sigue al frente del batallón, puestísima a apoyarte y que sientas su presencia y es precisamente este momento en el que lo único que deseas es abrazarla, recompensarla y decirle Gracias mamá por existir.

Si aún tienes a tu mamá a tu lado exprésale tu amor y agradecimiento, si ya no está cierra tus ojos y eleva una oración llena de amor, y si tú eres mamá reconócete, amate y valora el gran regalo de Dios al permitirte ser portadora de vida.

Felicidades a todas las mamás, Bendiciones.