Desde hace unos días se dio a conocer la historia de J.J. Boatman, un niño de 9 años de edad que murió por complicaciones de COVID-19 en el Cook Children’s Medical Center en Forth Worth en Texas. 

La historia ha conmovido al mundo, porque hace apenas unas semanas el menor celebró su cumpleaños número nueve con pastel y su platillo favorito, tacos. 

Aunque tras la celebración, el 24 de enero familiares confirmaron que J.J. se encontraba jugando, pero al siguiente día, amaneció llorando y le informó a su mamá que no podía respirar, presentaba la cara y los labios azules. 

“Simplemente estaba corriendo y jugando ese mismo día, y por la noche le gritaba y le lloraba a su mamá que no podía respirar”, declaró su tío, Gabriel Ayala.

El menor fue trasladado en un helicóptero médico desde Vernon, hasta Texas para confirmar que tenía coronavirus.

Sin embargo, al llegar al hospital el menor tenía los pulmones llenos de líquido y al día siguiente murió por complicaciones. 

Más tarde, médicos informaron que J.J. padecía de asma y autismo, pese a que era una persona activa y saludable, el virus complicó su estado de salud. 

La familia del pequeño decidió realizar un GoFundme para recaudar fondos para su funeral, y alertar a padres de familia a cuidar a sus hijos durante esta pandemia, donde han muerto cientos de familias por complicaciones de este virus.