¿Pensaron que ya no escribiría?…¡PUES NO! – Aquí estoy sentada redactando este blog mientras que Lisa está entretenida, jugando con su tenedor.

He estado un tanto ausente porque a pesar de que tenía la idea de que mi ritmo de trabajo había bajado, creo que ha pasado lo contrario y ha aumentado desde que me convertí en mamá, y aunque a veces tengo mil cosas que atender, siempre busco gozar cada momento con mi pequeña al máximo.

La inspiración detrás de este blog nació después de leer mensajes de seguidores que me preguntan ¿por qué Lisa no habla todavía? y mensajes en los que me dicen que tengo que hablarle más o que tengo que leerle más. – Como ustedes saben, aprecio todos sus comentarios y consejos, sin embargo, les quiero compartir mi punto de vista al respecto.

Lisa es una niña hermosa, sana, que escucha a sus padres todo el día y que se emociona cada vez que le leemos un cuento (lo cual hacemos todos los días). Una niña que entiende perfectamente todo lo que le decimos. Por ejemplo, si le preguntamos: “¿Puedes poner este papel en el bote de basura por favor?”, lo hace inmediatamente.

Por tal me pregunto: ¿Por qué queremos siempre comparar?, ¿por qué la prisa? – Si bien hay aplicaciones y teorías que aseguran que los niños entre 12 y 18 meses dicen aproximadamente 15 palabras, no quiere decir que todos los peques sean unos robots y hagan lo mismo.

Naza y yo somos unos papás que no queremos presionarla, ni estar sobre de ella diciéndole en lenguaje de Dori (la de Nemo) cómo se llaman las cosas. ¡Demos tiempo al tiempo!

Basta de comparar a nuestros hijos, pero sobre todo, basta de ir aprisa… y si lo escribo es porque yo lo solía hacer. Cuando nació Lisa, deseaba que durmiera profundamente 8 horas seguidas (IMPOSIBLE), después que gateara, después que caminara, que dejara el chupón, que no tomara biberón. Después me di cuenta que tenía que detenerme, cambiar mi visión y disfrutar aún más cada etapa de su desarrollo.

Recordemos que cada mamá somos diferentes y cada uno de nuestros hijos son personitas muy diferentes.

Hace un tiempo, una mamá me sugirió leer sobre “Libertad en Movimiento” o “Movimiento en libertad” y vaya sorpresa que me llevé ya que me hizo reflexionar y cambiar mi relación con Lisa y su educación.

Esta teoría sostiene que el bebé debe aprender a moverse solo y en libertad, sin que los adultos intervengan de ninguna manera en sus movimientos, aunque sea para ayudarle. La intención es de que los pequeños comiencen a descubrir el mundo solitos.

Cada niño tiene su ritmo y los movimientos que van aprendiendo son en función de su desarrollo psicomotriz, así ellos mismos podrán aprender las diferentes posturas, cómo girarse solos en el suelo, o aprender a andar, sin necesidad de ayuda externa. De hecho, la autora sostiene que ayudarles o forzar su aprendizaje temprano, puede tener consecuencias negativas en su crecimiento.

Pues así con los movimientos, lo mismo aplica para el lenguaje. Nosotros le damos las herramientas y ella poco a poco lo ha ido desarrollando, sin presionarla. Tengo que confesar que de vez en cuando si le digo: ”¿Quién es tu mamá?“ y me derrito cuando me abraza.

Pero qué tal cuando ve a su papá en una foto.

La primera palabra de Lisa fue “Brave”, y es porque así se llama nuestra perrita y escucha que la llamamos todo el tiempo.

Ahorita ya dice: “Gracias”, “muuuu”, “Brave”, “papá” y “agua”. Aún no he escuchado el “mamá”, pero estoy segura que lloraré cuando Lisa lo pronuncie.

Cada ser humano en este planeta es diferente, cada uno de nosotros tenemos un ritmo diferente. Evitemos compararnos, evitemos ir corriendo. Disfrutemos cada momento. Si escribo esto es porque he aprendido poco a poco… ¿A ustedes cómo les ha ido con este tema?

P.D. 1 El tiempo vuela, Lisa ya tiene 1 año, 4 meses
P.D. 2 La próxima vez hablaremos de esa culpa de dejar a los hijos
P.D. 3 Ya llegó el frío. Abriguen a sus pequeños, espero que sus hijos no se enfermen porque a todos nos parte el alma verlos con mocos y fiebre
P.D. 4 ¡Se nos acabó el año!