No importa cuánto tiempo atrás hayas perdido a un ser querido. Aunque el dolor puede aliviarse con el tiempo, permanece en el fondo de tu mente y puede regresar en cualquier momento. Pero parece que, para las madres, el estrés abrumador que se siente por la pérdida de un ser querido puede tener un efecto generacional: una nueva investigación publicada este mes ha demostrado que la muerte durante el embarazo puede afectar la salud mental de tu bebé.

Un nuevo informe de American Economic Review halló que experimentar la muerte de un pariente cercano durante el embarazo puede afectar el bienestar mental del bebé a medida que envejece, de acuerdo con Medical Xpress. Un par de académicos de la Universidad de Stanford analizaron datos de niños suecos nacidos entre 1973 y 2011 cuyas madres perdieron a un ser querido durante el embarazo y descubrieron que los niños eran más propensos a usar medicamentos para el TDAH en la juventud y antidepresivos y ansiolíticos como adultos, según Medical Xpress.

Pero, la misma probabilidad no se mostró en niños cuyos padres experimentaron una muerte en la familia dentro del primer año después del nacimiento, según los hallazgos del estudio. Los investigadores sugieren que el estrés en el útero puede tener implicaciones de gran alcance para el bienestar mental en los jóvenes y la edad adulta.

Petra Persson, coautora del estudio, miembro de la facultad del Instituto de Stanford para Políticas Económicas e Investigación (SIEPR), escribió, de acuerdo con la Política de Salud de Stanford:

“No se puede evitar que los miembros de la familia mueran, y ciertamente no queremos que nuestros hallazgos constituyan otra fuente de estrés para las madres que esperan, que ya enfrentan una presión bastante intensa para comer los alimentos correctos, evitar actividades consideradas dañinas y experimentar una avalancha de consejos de salud”.

Este no es el primer estudio que vincula el dolor experimentado durante el embarazo con los efectos duraderos en la salud del feto. El estrés en el útero puede afectar el desarrollo del cerebro de un bebé, así como ponerlos en mayor riesgo de enfermedad coronaria o diabetes más adelante en la vida, según The Conversation. Los estudios también hallaron que la exposición prenatal al estrés también puede provocar asma, ansiedad, TDAH y menor desarrollo cognitivo.

Traducido a números: El riesgo de un niño de tener problemas emocionales o de comportamiento aumenta de 6 a 12% si su madre se siente ansiosa, estresada o deprimida, según The Conversation.

Además, un estudio de 2013 de American Journal Of Epiemiology descubrió que las embarazadas tienen mayor riesgo de sufrir muerte fetal si están afligidas por la muerte de alguien cercano.

Si bien el estudio de la Universidad de Stanford puede brindarles a los médicos una mejor idea de cómo la aflicción afecta a los bebés más adelante, también ofrece una mirada sobre cómo la comunidad médica pueden apoyar mejor a embarazadas que lidian con el estrés y la ansiedad.

Cuando pierdes a un ser querido, el dolor que sientes dura toda la vida. Y ahora hay evidencia de que puede afectar a las generaciones venideras. Con el apoyo y la ayuda adecuados, eso no tiene que ser así.