Cuidar tu alimentación durante el embarazo es complicado. Hacer un seguimiento de tu consumo de hierro, ácido fólico, vitamina C y más da flojera. Afortunadamente, hay una recomendación que es bastante fácil de seguir: limita tu ingesta de azúcar. Además de los riesgos conocidos de obesidad y alergias, comer demasiada azúcar durante el embarazo puede tener un impacto inesperado en tu bebé: poca inteligencia. Un estudio reciente relacionó el consumo de azúcar materna con un rendimiento mental más bajo, reforzando las recomendaciones existentes contra el exceso de golosinas durante el embarazo.

El estudio, publicado en el American Journal of Preventive Medicine, encontró que cuando las mujeres embarazadas o sus bebés consumían grandes cantidades de azúcar -más de 50 gramos por día, los niños tenían un desempeño más pobre en pruebas cognitivas- particularmente aquellos relacionados con la memoria o el aprendizaje, según Daily Mail. La sustitución de agua por refrescos azucarados también se asoció con una mala cognición. Por el contrario, el consumo de frutas en los niños pequeños se relacionó con puntuaciones más altas en las mismas pruebas.

Los investigadores examinaron datos de más de 1,000 mujeres embarazadas entre los años de 1999 y 2002, pasando a evaluar las dietas de sus hijos en la primera infancia (entre las edades de 3 y 7). La investigadora principal Juliana F.W. Cohen, de la Escuela de Ciencias de la Salud Merrimack College y el Departamento de Nutrición, Harvard T.H, le dijo a Science Daily que “el objetivo del estudio era examinar las asociaciones del embarazo y el consumo de azúcar en las crías (sacarosa, fructosa) con la cognición infantil”.

Cohen y su equipo recomiendan que las mujeres embarazadas consuman más frutas y menos azúcar procesada durante el embarazo, así como evitar los refrescos dietéticos. Los niños también deben seguir estas recomendaciones desde el principio por el bien de su capacidad cognitiva.

Este no es el primer estudio que sugiere que consumir demasiada azúcar durante el embarazo tiene un impacto negativo en los niños. Un estudio de 2017 de 1.078 madres y sus hijos, publicado en Pediatrics, encontró que las madres que beben más bebidas azucaradas durante el embarazo tenían más probabilidades de tener niños obesos a los 7 años.

Pero la obesidad y los retrasos de aprendizaja no son los únicos riesgos. Un estudio separado, publicado en European Respiratory Journal en 2017, encontró que consumir azúcar puede aumentar la probabilidad de que un bebé nazca con alergias o asma alérgica, según Fit Pregnancy. Los investigadores del estudio analizaron datos de aproximadamente 9,000 parejas de madres y niños, correlacionando la ingesta de azúcar materna determinada mediante cuestionarios con reacciones alérgicas infantiles como eczema, fiebre del heno, sibilancias y asma diagnosticada por el médico.

Para esas futuras mamás con un antojo de dulce insaciable, sabemos que es difícil. Pero no te preocupes, Cohen y su equipo descubrieron que el aumento en el consumo de frutas a temprana edad beneficia enormemente la cognición infantil, de acuerdo con Science Daily.

Mientras tanto, los antojos de azúcar durante el embarazo pueden saciarse sin exagerar. El cono de helado ocasional o la galleta con trocitos de chocolate no van a afectar el coeficiente de inteligencia de tu hijo. Pequeñas porciones de chocolate negro pueden ser excelentes durante el embarazo, ya que incluso pueden reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia, según Baby Center. Las frutas dulces, también, pueden calmar tu antojo y vienen repletas de vitaminas y beneficios para el bebé. En definitiva, si ya exageraste un poco en el departamento de postres durante tu embarazo, no entres en pánico; comer bien en el futuro ayudará a tu hijo.