Sabemos que las venas varicosas existen y son un gran problema en nuestras piernas. De hecho a muchas mujeres las atacan justo durante el embarazo, por todos los problemas de circulación y cuando son muy graves, se necesita cirugía con láser para quitarlas. Pero lo que tal vez no sabías, es que también durante el embarazo y en periodo posparto, aparecen en la vulva.

Así es, por más horrible que suene, suele pasar y a veces muchas mujeres no se dan cuenta, hasta que el problema es más grave. Una vena varicosa es una vena que sobresale o se convierte en algo con apariencia de araña debido a la acumulación de sangre en ésta durante un largo período de tiempo. Son más comunes en las piernas y los pies, debido a la acumulación de sangre, y pueden ir desde lo puramente cosmético hasta lo doloroso y potencialmente peligroso, según la Clínica Mayo.

Durante el embarazo, el aumento en el volumen sanguíneo, particularmente en los genitales, provoca una acumulación similar de sangre en el área vulvar, el área externa del cuerpo que rodea la vagina y las venas comienzan a abombarse y expandirse, causando presión o dolor, según The International Journal of Gynecological Pathology.

De acuerdo con expertos, tenerlas se siente como si las mujeres tuvieran un globo lleno de agua sobre su zona vulvar, que no les permite caminar bien y las tiene con deseos de mantener las piernas abiertas todo el tiempo. Pero una forma de calmar su dolor, es dormir con un almohada entre las piernas.

La asistente médica Deondra Thomas, dice que: “Es como cualquier otra vena varicosa en tu cuerpo, pero por lo general es secundaria al embarazo y, a diferencia de las de tus tobillos. Por lo general, se auto-resuelve en pocas semanas”. Thomas señala que rara vez son motivo de preocupación, y que el parto vaginal puede realizarse según lo planeado. “Las pacientes notan que obtienen un gran alivio de las compresas frías, el elevar la pelvis y apretar una almohada entre sus muslos para proporcionar presión contra el área afectada”.

Las venas varicosas vulvares son dolorosas, molestas y lo peor que podría pasarte además de todo lo que tienes que atravesar durante el embarazo, pero se van, gracias a todos los dioses. Si realmente te están molestando, habla con tu médico sobre posibles intervenciones y el tratamiento láser. Pero si el dolor no es tan fuerte, con una almohada y algo frío, será más que suficiente.