A lo largo del embarazo, las futuras mamás, tratan de revisar lo más que pueden, lo que están poniendo en sus cuerpos. El sushi, cerdo, los quesos blandos, el exceso de cafeína y el alcohol son solo algunos de los alimentos considerados en la lista de “no” cuando hay un bebé dentro de ti. Y para las madres que eligen amamantar a sus bebés, algunas restricciones dietéticas continúan incluso después del parto. Por ejemplo, beber durante la lactancia ha sido durante mucho tiempo un tema de debate, pero una nueva investigación dice que probablemente sea seguro beber alcohol mientras se amamanta.

La investigación de Australia revela que las madres que amamantan pueden disfrutar de una copa de vino y se puede hacer sin causar daño a sus bebés, e incluso podría ayudarlos en el proceso. El estudio, que fue publicado por la Sociedad Profesional Australiana sobre Alcohol y Otras Drogas (APSAD), se presentó en Melbourne esta semana, de acuerdo con The Daily Mail. Mostró que los bebés que habían sido amamantados por madres que bebían moderadamente en realidad tenían “resultados más favorables para el desarrollo personal y social”. Y, como señaló la publicación, “la mayoría de los resultados del desarrollo infantil a las 8 semanas o 12 meses tampoco se vieron afectados”.

Entonces, ¿cómo llegaron los investigadores a esta conclusión? El Daily Mail informó que a los 12 meses de edad, los niños cuyas madres habían consumido alcohol durante la lactancia materna se compararon con los bebés cuyas madres habían optado por abstenerse. Más del 60% de las madres que amamantan en la muestra dijeron que bebían cuando sus bebés tenían 8 semanas de edad y el 70% informaron que lo hacían en 1 año.

Pero esta es la cuestión: la mayoría de las madres del estudio bebieron a bajos niveles, lo que significa menos de 14 bebidas por semana y menos de dos al día. La mayoría de las madres también tomaron precauciones (como medir el tiempo de consumo de alcohol estratégicamente) a fin de minimizar el consumo de alcohol a través de la leche materna.

Aquí hay algunas cositas más notables de esta investigación, según lo informado por The Daily Mail:

  • Para beber de forma segura, la estrategia más común fue consumir alcohol solo después de alimentar al bebé.
  • El consumo de alcohol de las madres no estuvo relacionado con la duración de la lactancia materna, la alimentación infantil y el comportamiento de sueño a las 8 semanas.
  • La mayoría de los resultados de desarrollo infantil a las 8 semanas o 12 meses tampoco se vieron afectados.
  • La ventaja social de un niño también podría ser el resultado de que sus madres salgan a tomar algo, según los investigadores. Esto se debe a que el entorno social de un niño puede verse muy influenciado.

La investigación respaldó el hecho de que cantidades moderadas de bebida, como tomar un vaso de vino o relajarse con una cerveza, al tener un bebé no es un gran problema. El problema es que el público en general no sabe mucho sobre alcohol y lactancia.

Sin embargo, en caso de que sientas curiosidad, esto es lo que dice la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) sobre cuánto alcohol es seguro para una madre que está amamantando:

La ingestión de bebidas alcohólicas debe reducirse al mínimo y limitarse a una ingesta ocasional, pero no más de 0,5 g de alcohol por kg de peso corporal, que para una madre de 60 kg es de aproximadamente 60 ml de licor, 240 ml de vino o 2 cervezas. La lactancia debe tener lugar 2 horas o más después de la ingesta de alcohol para minimizar su concentración en la leche ingerida.

Claramente, es hora de terminar con el estigma que rodea a las madres que amamantan y las cantidades moderadas y responsables de alcohol. Porque, como dice la investigación, los niños estarán bien.