Una de las cosas que más desespera a los papás de niños mayores de 2 años, es que sus hijos que se acostumbraron a usar chupón, todavía no puedan dejarlo. Así que nos dimos a la tarea de investigar un poco sobre el tema y esto es lo que encontramos que dicen los expertos.
Una búsqueda rápida en Google te demostrará que hay una opinión desde todos los ángulos sobre la mejor forma de navegar en esta etapa de desarrollo, pero el pediatra y médico coach Dr. Jarret Patton cree que la mejor manera de separar a un niño de su chupón, es ser fuerte: “El mejor consejo para deshacerse del chupón es agarrarlo y tirarlo a la basura. Esto no significa que su hijo dejará de buscar algo que chupar, pero al menos ya no tendrá acceso a su vicio”.
Entonces, ¿qué puede esperar un padre que opte por esta ruta? Muy posiblemente, un par de días difíciles. “El niño pedirá el chupón y lo buscará durante los primeros días”, dice Patton. “Incluso pueden encontrar uno que guardaron para emergencias, que también deben tirar. Reconozcan su esfuerzo por vivir libres de chupetes, tal vez les den una calcomanía o un pequeño regalo. Después de unos días, habrán olvidado el chupón y continuarán con sus ocupadas vidas “.
Ya sea que sigas los consejos del Dr. Patton y digas “hasta la vista” a los chupones de una sola vez o decidas hacer el cambio más gradualmente, no es probable que sea una caminata en el parque ni para tu hijo ni para ti. A menos que hayas ganado la lotería para padres, lo más probable es que cualquiera que sea el método que elijas culminará finalmente en llanto y desesperación durante la noche, con un rango de duración que se extiende de un día a varias semanas.
No importa la ruta que tomes o los trucos ingeniosos que emplees, algunos niños simplemente tienen un momento difícil para decir adiós a esta pieza particular de la infancia. Si el proceso resulta ser más agotador de lo que esperabas, recuerda que perder la calma solo empeorará las cosas, pero la paciencia y la comprensión recorrerán un largo camino.
Por encima de todo, sé constante; los giros hacia adelante y hacia atrás solo confundirán a tu hijo y prolongarán el proceso. A tiempo y con consistencia, tu pequeño aprenderá a vivir su vida felizmente libre de chupones.