Pasado el tiempo de la depresión posparto o de cierta tristeza que es normal al convertirse en mamás, cierta melancolía se queda con nosotras durante toda nuestra vida como madres. Para algunas, la puesta del sol desencadena una tristeza misteriosa. ¿Por qué es que los bajones o momentos de tristeza y reflexión nos suceden en la noche?

La melancolía se intensifica durante la noche porque, bueno, todo se siente peor al final del día, explica Karen Kleiman, Fundadora y Directora del Centro de Estrés Postparto, y autora de varios libros sobre depresión posparto y ansiedad: “Los pensamientos se vuelven más oscuros a medida que el sol se pone. Comienza la fatiga. El apoyo puede estar menos disponible o accesible. La ansiedad se intensifica”. Además, la noche desencadena cambios fisiológicos. Según Kleiman, la exposición reducida a la luz y los cambios en el azúcar en la sangre son dos factores ambientales que pueden aumentar la fatiga y causar estragos en el estado de ánimo, agudizando la sensación de tristeza, confusión o miedo.

Las mujeres también pueden sentirse particularmente vulnerables en la oscuridad si sufren de altos niveles de ansiedad. Como Kleiman explica:

“La oscuridad puede representar la soledad y el aislamiento del mundo exterior, y si el insomnio es parte de esta imagen, a menudo hay un pánico anticipatorio cuando desciende la tarde”.

Según Fit Pregnancy, una caída repentina de las hormonas que producen bebés juega un papel muy importante en esto. Agrega a eso la experiencia agotadora y potencialmente traumática de dar a luz a un bebé y obtendrás una receta para el llanto, el miedo, la ansiedad, la confusión e incluso el dolor. Para empeorar las cosas, el mundo espera que las madres sean implacablemente felices, y esa expectativa es muy importante cuando se manejan sentimientos totalmente normales pero conflictivos.

Según la terapeuta familiar, la Dra. Kathryn Smerling: “La oscuridad te hace sentir como si estuvieras realmente solo. No tienes tantas distracciones para mantenerte ocupado”, explica.

Como mamás, no importa el tiempo que llevemos haciéndolo, debemos centrarnos en aspectos que una vez con hijos, descuidamos y nos harían sentirnos mejor, tales como: “autocuidado, autocompasión, comida, descanso, sueño, luz del sol, caminar, reír, amar”, dice Kleiman. Has pasado por muchos cambios, tanto físicos como psicológicos y la noche puede realzar tu conciencia de todo lo que has pasado y cada cosa irregular que sientes. Así que a pesar del bebé, hijos pequeños o adolescentes, nunca olvides que la más importante eres tú.