Las guarderías son una de esas necesidades de la maternidad que trae tanta tensión como alivio. Pones mucha confianza en la guardería de tus hijos y esperas que esa confianza esté bien guardada. Pero no importa lo cómoda que te sientas con el lugar que has elegido para tu pequeño, si tu hijo está constantemente descontento y gritando cada mañana, puedes preguntarte, “¿Por qué a mi hijo no le gusta la guardería?”.

Resulta que es un asunto realmente complicado y la edad del niño es muy importante. Los primeros años de su vida, se acostumbran mucho a una rutina. El cuidado infantil es uno de los mayores cambios en la rutina que un niño puede pasar. Interrumpe su equilibrio y cambia su visión del mundo.

Para los niños pequeños, especialmente, este período de transición puede tardar meses. Para empezar, están en un punto en su vida donde la ansiedad de separación es una cosa real y no están totalmente preparados sobre cómo manejarlo.

Tu hijo también podría no sentirse tan bien, en el aspecto de salud. La guardería, como la escuela, tiende a venir con un montón de bichos. Así que tal vez las primeras semanas o hasta meses, veas que tu hijo se enferma seguido cuando en casa jamás lo hacía. Esas son sus defensas acostumbrándose a un nuevo ambiente. Y quizá dure hasta medio año.

Si notas que su molestia es más emocional y puedes, habla con él y averigua qué le molesta. Si está asustado o herido, resuelve el problema inmediatamente. Si la guardería de su hijo no acepta consejos o rechaza los chequeos, esto es una bandera roja. Si bien puede ser tan simple como adaptarse a una nueva rutina o ansiedad de separación, podría ser algo más y esto merece tu atención.

Los niños tienen mucho que tratar y el cambio abrumador de pasar del hogar a la guardería es grande. Sin embargo, lo más probable es que, con paciencia y tiempo, tu hijo se acostumbrará a esto e incluso puede llegar a amarlo. Sigue tu instinto y darle un poco de espacio para respirar.