En Estados Unidos e Inglaterra al deseo exagerado de algunas futuras madres por hacerse ultrasonidos a cada rato, se le llama “Scanxiety” y de acuerdo a cifras mundiales, ya afecta a una de cada tres embrazadas.

Expertos en el tema, dicen que la máxima cantidad de escaneos para revisar a los bebés en el útero, debería ser de tres. Pero muchas clínicas, laboratorios y mamás preocupadas alrededor del mundo, incrementan este número hasta 7 u 8 ultrasonidos durante un embarazo.

Para los doctores, los tres momentos clave donde las mujeres deberían hacerse esta revisión son a en la semana 12, 20 y 31, ésta última la consideran opcional.

La intensidad excesiva de las ondas de radio que producen los ultrasonidos, podría ser perjudicial para el feto. Y de hecho ninguna ecografía debe durar más de 20 minutos.

Cualquier otro examen más allá de estas recomendaciones debe estar clínicamente indicado y basado en las necesidades de las mujeres y su bebé en desarrollo.

Para los médicos, el ultrasonido de las 12 semanas es de confirmación, el de 18 a 20 para revisar que no haya anomalías (que ahora se recomienda sea estructural) y el de las 31 semanas es como una cereza en el pastel que se le da a los padres para que vean a su bebé en un estado más desarrollado. En esta etapa es cuando puedes hacerlo en 4D para verlo mejor.

Especialistas alrededor del mundo consideran que es motivo de preocupación el hecho que las mujeres necesiten esta garantía adicional. Puede reflejar una necesidad de poca confianza o miedo en su embarazo, cuando esta tranquilidad debería ser proporcionada por su médico y/o partera.

El problema no se detiene en el impacto de las ondas de radio sobre el feto, sino en que depender tanto de lo que les diga la tecnología, causa estrés y una ansiedad indebida en futuras madres.