Según un estudio, las mujeres que está embarazadas y vacunadas tienen tasas más bajas de eventos secundarios tras la vacunación, al contrario de las personas que también se vacunaron y no están embarazadas de edad similar.

El estudio canadiense fue publicado en la revista ‘The Lancet Infectious Diseases’, el cual señala que las vacunas de ARNm de COVID-19 son seguras durante el embarazo.

Se ha recomendado el uso de vacunas durante el embarazo en muchos países desde que comenzó la vacunación ya que protegen más a las mujeres en este estado y a los bebés si se administran en el tercer trimestre.

Gracias a este estudio se observaron los efectos secundarios de la vacuna en un grupo de mujeres embarazadas vacunadas al mismo tiempo que un grupo de embarazadas no vacunadas para poder medir las comparativas, así como a mujeres no embarazadas.

Resultados

El estudio arrojó que el 7.3% de mujeres embarazadas experimentaron problemas de salud y requirieron ausentarse de sus actividades y requirieron atención médica por sus malestares, después de la segunda dosis de la vacuna ARNm contra COVID-19, en comparación con el 11.3% de las mujeres no embarazadas vacunadas.

Dentro del estudio las mujeres que no se vacunaron, presentaron algunos síntomas experimentados por las mujeres embarazadas vacunadas aunque pueden no deberse a la vacuna. Además no hubo diferencias significativas en las tasas de eventos de salud más graves.

“En las primeras etapas del lanzamiento de la vacuna contra el covid-19, hubo una baja aceptación de la vacuna entre las personas embarazadas debido a preocupaciones sobre la disponibilidad de datos y la seguridad de la vacuna. Todavía hay una aceptación más baja que el promedio entre las mujeres no embarazadas en edad reproductiva”, señaló el doctor Manish Sadarangani del Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Columbia Británica y primer autor de este estudio.

Este estudio, de la Red Nacional Canadiense de Seguridad de las Vacunas (CANVAS), analizó todos los datos de participantes en siete provincias y territorios canadienses desde diciembre de 2020 hasta noviembre de 2021. Se les pidió a los participantes vacunados que informaran sobre cualquier evento de salud durante siete días después de cada dosis de la vacuna contra COVID-19.

Por otro lado se le pidió al grupo de mujeres embarazadas no vacunadas que registraran cualquier problema de salud antes de completar la encuesta, en total 191 mil 360 mujeres de 15 a 49 año embarazadas completaron la primera encuesta de dosis y 94 mil 937 completaron la segunda encuesta de dosis.

Los investigadores encontraron que el 4.0% de las mujeres embarazadas vacunadas con ARNm informaron un evento de salud significativo en los siete días posteriores a la primera dosis de la vacuna por otro lado el 7.3% después de la segunda dosis. Estos eventos fueron una sensación general de malestar, dolor de cabeza o migraña e infección del tracto respiratorio.

En comparación, el 3.2%  de las participantes embarazadas no vacunadas informaron eventos similares en los siete días anteriores a la finalización de la encuesta. En el grupo de control de no embarazadas vacunadas, el 6.3% informó un evento de salud significativo en la semana posterior a la dosis uno y el 11.3 % después de la dosis dos. Los eventos de salud graves fueron raros y ocurrieron a tasas similares en personas embarazadas vacunadas, personas no embarazadas vacunadas y controles no vacunados después de la dosis uno y la dosis dos.

Los autores requieren más “estudios de vacunas de ARNm que no sean COVID-19 para identificar si la reducción de los efectos secundarios observados en las personas embarazadas en este estudio es una característica de la plataforma de vacunas de ARNm o de estas vacunas específicas”.

Además advierten que la mayoría de los participantes que informaron el origen étnico en este estudio eran blancos y, por lo tanto, es posible que estos datos no se puedan generalizar por completo a otras poblaciones. Además, este estudio se centró en los eventos de salud que ocurrieron dentro de los primeros siete días posteriores a la vacunación y, por lo tanto, no puede concluir nada sobre las reacciones a más largo plazo.