Un estudio realizado en más de 8 mil bebés, afirmó que el período de lactancia influye en niveles cognitivos del bebé.

Incluso la Organización Mundial de la Salud siempre ha recomendado que la lactancia se lleve a cabo de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, aunque reconoce que existen dos de cada tres bebés que no reciben lactancia materna exclusiva, tasa que no ha mejorado en veinte años.

De acuerdo a diversos estudios realizados hasta la fecha, reconocen que la lactancia materna aporta a la madre y a los hijos varios efectos físicos y emocionales. Además se ha demostrado que la leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger contra muchas enfermedades infantiles.

También proporciona los nutrientes que el lactante necesita durante los primeros meses de vida, hasta la mitad o más de sus necesidades nutricionales durante el segundo semestre y un tercio a lo largo del segundo año de vida. Aunado a esto la mujeres que amamantan tienen menor riesgo de cáncer de mama y de ovario.

A largo plazo, la influencia de la lactancia permanece pues reduce un 25 % la posibilidad de obesidad en el futuro, de acuerdo con un estudio publicado en ‘PLOS One’, los recién nacidos que han recibido lactancia materna se desempeñan mejor en las pruebas de inteligencia.

Según los autores del Estudio de Cohorte del Milenio del Reino Unido; liderados por Elias Reneé Pereyra, de la Universidad de Oxford, la duración de la lactancia, se asocia con mejores puntajes cognitivos entre los 5 y los 14 años, el estudio analizó datos de 7 mil 855 bebés nacidos entre 2000 y 2002, los cuales siguieron controlados hasta los 14 años.

El estudio no fue realizado para este objetivo, sino para determinar los beneficios de la lactancia exclusiva o combinada con leche de fórmula, los datos arrojaron puntajes cognitivos verbales a las edades de 5, 7, 11 y 14 años y puntajes cognitivos espaciales a las edades 5, 7 y 11.

Elias Pereyra nos confirmó que los casi 8 mil perfiles analizados son de un grupo sólido de investigación que les “permitió explorar adecuadamente la relación entre la duración de la lactancia materna y el desarrollo cognitivo. Sin embargo, un tamaño de muestra más alto nos hubiera permitido explorar aspectos adicionales de esta relación. Por ejemplo, en nuestra muestra, solo 10 % de las mujeres dieron de lactar por 12 meses o más. Una muestra más grande nos hubiera permitido evaluar el efecto de tiempos más prolongados de lactancia materna en el desarrollo cognitivo”.

 

Uno de los factores que determinaron el estudio fueron los factores como el tiempo, mientras más prolongado sea, más destacable es en las diferencias con los puntajes cognitivos en todas las edades.

“Encontramos que el efecto de la duración de la lactancia materna en los puntajes de estas pruebas cognitivas varía – nos confirma Pereyra –. Por ejemplo, los bebés que recibieron lactancia materna hasta los dos meses de edad obtuvieron puntajes más altos que los niños que no recibieron lactancia materna en la prueba verbal aplicada a los siete años de edad. Sin embargo, en la prueba verbal aplicada a los 14 años, solo los niños que recibieron lactancia materna por seis meses o más obtuvieron puntajes más altos que los niños que no recibieron lactancia materna. En cuanto a un límite superior el número de madres que da de lactar luego de los 12 meses en el Reino Unido es relativamente bajo (aproximadamente 10% en nuestra muestra). Por esta razón, no pudimos separar a estas madres en más subgrupos (por ejemplo, 12 a 18 meses, >18 a 24 meses, más de 24 meses)”.

Pereyra concluye que en términos de la medida de coeficiente intelectual, que tiene un promedio de 100, las diferencias entre los niños que han recibido lactancia materna por varios meses y los que no, se encontraría entre 1,5 y 4,0 puntos de CI. Aunque la diferencia es de dos o tres puntos, se podrían ver diferencias potencialmente importantes en la sociedad si esto ocurre a nivel mundial.