En la era moderna hemos sido bombardeados con muchas dietas que benefician el funcionamiento del organismo, entre las que abundan entre nutriólogos que usan sus redes sociales para vender sus servicios está el ayuno intermitente.

Sin embargo, lo que debemos tener claro a la hora de cambiar nuestra alimentación y hábitos alimenticios es hacerlo bajo la orientación de un profesional de la salud, ya que recientemente se han publicado algunos estudios que demuestran los impactos negativos que tiene el ayuno intermitente durante el embarazo.

Los riesgos pueden llegar a ser tan peligrosos que aumentan la posibilidad de nacimientos prematuros. Además un ensayo realizado en China ha demostrado cómo el ayuno prolongado en ratones embarazadas producía alteraciones en el desarrollo de los ovarios de la descendencia hembra con afectación de su capacidad reproductiva en la vida adulta.

Durante el ayuno se eleva una sustancia llamada ‘hormona liberadora de corticotropina’ que puede llegar a inducir el parto prematuro. Otros estudios han corroborado que la embrazadas con menos de 34 semanas de gestación y los periodos de ayuno superiores a 13 horas aumentan tres veces la posibilidad de un nacimiento prematuro.

Algunos autores han puesto la hipótesis de que el ayuno prolongado en el embarazo puede alterar permanentemente la fisiología fetal que puede llegar a tener consecuencias en la vida adulta como menor estatura y menor peso.

Recuerda siempre pedir asesoría en especialistas, sobre todo en esta etapa en la que la alimentación es de suma importancia para el bebé.

Con información del Blog Dra. María de la Calle