Todos los niños se quejan, pero ¿cómo sabes si es parte de un problema mayor? ¿Y cómo lo haces parar? Resulta que hay algunas señales de que el lloriqueo de tu hijo es un problema mayor, pero también hay algunos consejos para encontrar la paz por fin. Aquí te presentamos 5 de ellos.

1 La edad:
La experta en desarrollo infantil y autora del libro The Emotionally Healthy Child, Maureen Healy, dicen que los cuando los niños de 0 a 4 años se quejan es “apropiado para el desarrollo y se espera”. Si bien el ruido “no es agradable”, los niños menores de 4 años carecen de las habilidades de comunicación para poder expresarse sin emocionarse cuando están molestos, lo que a nosotros nos parece un lloriqueo.

Los niños de 4 a 7 años de edad pueden comenzar a aprender habilidades de comunicación y entender cómo “soltar” cuando es el momento en lugar de persistir. El lado bueno, dice Healy, es un niño que demuestra perseverancia, que es un rasgo que puedes redirigir de una manera que pueda servirles mejor. Pero si tu hijo todavía tiene un problema de berrinches a la edad de 7 años o más, es hora de abordar algunos otros problemas.

2 “La hora de las brujas”.
Es entre las 3:00 de la tarde y las 6:00. Los niños están malhumorados, llorones y se quejan de todo, ¿verdad? Gimotear durante la hora de las brujas generalmente significa que están cansados ​​y hambrientos. Carga refrigerios contigo para que cuando los recojas y busca una actividad tranquila antes de la cena, esto ayuda a calmar a todos.

3 Enfermedad Inminente:
A veces los niños lloriquean cuando no se sienten bien. Estar enfermo no es nada divertido y si están teniendo un día en el que están irritables, lloriquean y simplemente no se dan por vencidos, revisa si tienen fiebre y pregunta si se sienten bien. Recuerda, a veces los niños no saben cómo expresar cómo se sienten, por lo que nos corresponde a nosotros descubrir qué está pasando, lo cual puede ser complicado. Pero usa tu sentido de mamá.

4 La vida en casa:
Baby Center explicó cómo, básicamente, quejarse es solo un grito de atención. Los niños solo están buscando una respuesta, cualquier tipo de respuesta, buena o mala. Observa de qué se queja tu hijo. ¿Siempre gira en torno a un tema específico? ¿Ha aumentado el lloriqueo después de cierto evento en casa? Haz tu mejor esfuerzo para abordar el problema en casa y ve si eso lo mejora.

5 Cuando estás demasiado ocupada:
¿Has estado demasiado ocupada o estresada últimamente? Los niños se dan cuenta cuando no les prestamos atención, incluso si creemos que hacemos un buen trabajo fingiendo. Pueden sentir cuando no estamos completamente presentes y eso los frustra. Siempre date tiempo para ellos.

Aunque los lloriqueos pueden ser molestos, es útil darse cuenta de que el comportamiento es solo una forma en que los niños se expresan cuando carecen de otras herramientas constructivas. Trata de identificar la causa subyacente y recuerda que como padres, es nuestro trabajo guiar a nuestros hijos y ayudarlos a desarrollar las habilidades que necesitan para comunicarse de manera efectiva.