Llegó el día, tu bebé se está convirtiendo en niño grande y está a punto de entrar a la escuela. Seguramente estás sintiendo una revolución de sentimientos, por un lado te sientes orgullosa de que esté creciendo y ahora pueda hacer cosas por sí mismo, pero por otro lado sientes esa angustia de toda mamá (no solo te pasa a ti) de saber que lo vas a dejar en la escuela y seguramente llorará al no verte y no vas a estar ahí para consolarlo.

Hoy quiero platicarles de este tema y ayudarles a que el proceso sea lo menos doloroso y complicado para todos.

A los tres años la mayoría de los niños entran al preescolar, algunos más pequeños a maternal, pero para todos el proceso de desapego que esto implica no es el más sencillo.

El comenzar con una estructura de escuela implica la separación de su casa, de su familia y hasta dejar de ser el centro de atención para ahora ser parte de un círculo de iguales, en ésta etapa donde aprenderá a compartir, a esperar turnos y hacerse cada vez más autónomo.

El entrar a la escuela por primera vez, implica un proceso de crecimiento y adaptación muy importante para el desarrollo de tu bebé, por lo que depende mucho de cómo lo manejes y que tanta seguridad le proyectes para que pueda tener un muy buen comienzo. Los niños son capaces de captar todo tipo de emociones mucho más fácil que los adultos, es por esto que debes transmitirle seguridad y optimismo en lugar de tristeza y angustia, para que su proceso escolar sea mucho más sencillo.

Los primeros días de clases para los niños son una verdadera montaña rusa, al principio lloran al despedirse de mamá o papá, pero en cuanto comienzan a explorar su salón y ver la cantidad de juegos, imágenes, colores y formas, se les olvida el llanto y se dedican a investigar de que se trata todo esto, y que decir cuando se topan a un compañero, seguramente al principio se contagian las lágrimas, pero con que uno los invite a jugar basta para que se vuelvan cómplices y comiencen a compartir los juegos. No te preocupes si durante la semana vuelve a llorar al entrar al colegio, es normal y debemos respetar su proceso, recuérdale lo contento que salió un día anterior y lo mucho que se divirtió, basta con que le des ánimos para que poco a poco lo vaya superando.

Cómo hacerlo más fácil y sin tantas lágrimas:

* Visita con él la escuela antes de su primer día, esto le ayudará a ir reconociendo el lugar y se vaya familiarizando. Recuerda ser entusiasta, tú entusiasmo ayudará a tu hijo a emocionarse por su escuela.

* Deja que te ayude con sus útiles y de ser posible, deja que escoja algunas de las cosas que llevará a la escuela. Esto le ayudará a sentirse seguro, importante y tomado en cuenta.

* Deja que te ayude a preparar su Lunch. Una noche antes pídele que te ayude a colocar cosas en su lonchera (agua, cubiertos, etc) Se sentirá tomado en cuenta y parte del proceso.

* Al despedirte en la puerta del colegio dale un gran abrazo y menciónale que después de cierto tiempo regresarás por él. Despídete con mucha seguridad y retírate; no muestres dudas, pues si nota inseguridad en ti no querrá quedarse ni sentirse seguro ahí.

* No le preguntes cosas que no te pueda contestar, deja que él te cuente como le fue.

El preescolar es el lugar donde comienza la socialización, donde surgen los primeros verdaderos amigos y cómplices, donde comienzan a experimentar y explorar sus ganas por aprender. Bríndale las herramientas que necesita para que su transición de la casa a la escuela sea lo más sencillo y fácil para él.