La verdad es que los bebés se sienten incómodos por muchas razones, y muchas de ellas son bastante benignas, según la Clínica Mayo. Los bebés se sienten incómodos porque tienen un pañal sucio, porque tienen hambre, porque es su único método de comunicación y porque no pueden moverse ni reaccionar de la misma manera que nosotros.

Sin embargo, hay algunas razones clínicas que pueden hacer que tu bebé sea particularmente quisquilloso. Cosas como el reflujo ácido, la ERGE o los cólicos pueden estar causando que tu hijo se estrese y se incomode más de lo normal, y su profesional médico deberá consultarlo para asegurarse de que no sea grave, según el sitio web del Dr. Sears.

La enfermera pediátrica Angela Harper dice que la mayoría de las veces, los bebés se sienten incómodos porque simplemente se sienten así. Ya sea que eso signifique que están hambrientos o mojados, o incluso algo tan tonto como algo les pica, se preocupan porque no pueden hablar.

“También existe este fenómeno conocido como llanto PÚRPURA, que es un período estresante en el que los bebés se vuelven más irritables y molestos, y tranquilizarlos es imposible”, dice Harper. “Lo llaman LLUVIA PÚRPURA porque se ponen morados cuando lo hacen. Es molesto para los padres y difícil de observar”. Según el sitio web dedicado a este llanto PURPLE, comienza aproximadamente a las 2 semanas y dura hasta que tu bebé tenga alrededor de 3 meses de edad.

“Dicho eso, si cree que es extremo, [o] si está preocupado por su bebé, llame a su médico. Hay motivos para la irritabilidad como el asma y las alergias que pueden ser peligrosas”, agrega.

Algunas personas solo tienen bebés quisquillosos y eso es todo, tienen que aprender a crecer con ellos y su personalidad. Pero si te preocupa mucho que esto sea algo fuera de lo común para tu hijo, o que solo sea un nivel extremo de llanto, llame a su pediatra. No te va a juzgar, y estará feliz de evaluar la situación y a tu bebé. Además que puede calmar al menos esos temores, si no los nervios. Tristemente, esos son un poco más difíciles de resolver, pero tampoco imposibles.