Todo lo que hace tu dulce bebé es precioso y brillante. Vives esos momentos cuando estás tendida en la alfombra con ellos, rodeada de juguetes y haciendo todo para sacarles una risa. Eso… hasta que tienes una lista enorme de tareas y un montón de trabajo. Por suerte para ti, dejar que tu hijo juegue solo no solo es aceptable, sino increíblemente beneficioso. El juego independiente puede mejorar el cerebro de tu bebé, así que no te sientas culpable cuando debas alejarte del juego.

No subestimes la importancia de que tu hijo aprenda a hacer las cosas por su cuenta. Julia Forgie, psicóloga del desarrollo y profesora de la Escuela de Estudios de la Primera Infancia de la Universidad de Ryerson, insta a los padres a dar un paso atrás. “Lo que es tan importante y valioso sobre el juego independiente es que es gratis, no está regulado por un adulto o maestro”.

Cuando juegas con tu hijo, él refleja las cosas que te ve hacer, y la forma en que usas ciertos objetos. Quítate de la ecuación y deja a tu hijo a su suerte. Mientras juguetean con los juguetes y descubren nuevas sorpresas, también están dando pasos mentales. “Algunas habilidades que se desarrollan a través del juego solitario incluyen creatividad, imaginación, regulación y enfoque de atención, perseverancia, resolución de problemas y prueba y error, así como habilidades motrices gruesas y finas. Pero lo más importante: construye confianza e independencia”, dice Forgie.

Entonces, ¿qué está sucediendo exactamente en su cerebro cuando tu hijo participa en juegos solitarios? Sergio Pellis, un neurocientífico de la Universidad de Lethbridge, cree que su experiencia investigando el efecto de jugar en el cerebro de las ratas puede dar una idea de esta cuestión. “La experiencia del juego cambia las conexiones de las neuronas en la parte frontal del cerebro, y sin la experiencia de juego, esas neuronas no cambian”, dijo Pellis en una entrevista con NPR.

¿El “frente de tu cerebro” que mencionó Pellis? Es muy importante. Esta área, oficialmente conocida como la corteza prefrontal, se ha asociado con la resolución de problemas, la toma de decisiones y la regulación de las emociones, según Nature.com. En su artículo de TIME “The Secret Power of Play”, la escritora Siobhan O’Connor explicó cómo el tiempo de juego de la infancia puede beneficiar a las personas como adultos.

“Parte de lo que distingue a los humanos de otros animales es la variedad de creatividad, flexibilidad y adaptación. Eso es precisamente lo que hace el juego independiente: jugar sin la estructura envolvente de los adultos, lo que ayuda a adaptarse a los desafíos que enfrentarán más adelante en el camino”, escribió O’Connor.

Convencer a tu hijo para que juegue de forma independiente no siempre es fácil, pero vale la pena. Para Ashley Phillips de Parents, la clave está en ayudarlo a pasar lento al juego independiente. Siéntate junto a él sin unirte a su juego, y luego eventualmente muévete a otra área de la habitación. Asegúrate de que esté seguro y cómodo, y evita darle instrucciones sobre cómo jugar.

Forgie finaliza: “Los niños y los bebés aprenden mucho explorando libremente el mundo: preguntándose, resolviendo problemas y asumiendo riesgos”. En otras palabras, siéntate, relájate y observa a tu bebé florecer. Su cerebro cambiará, pero para mejor.