Los investigadores han documentado bien cómo los traumas en la infancia pueden afectar la salud física y mental como adulto. Las personas que han tenido experiencias adversas en la infancia, tienen más probabilidades de tener depresión o enfrentar una enfermedad cardíaca y otras afecciones. Pero pocos estudios relatan los impactos a largo plazo del trauma de un padre en su familia y, más específicamente, en sus hijos. Ahora, hay una respuesta: los efectos del trauma infantil grave se pueden sentir por generaciones.

Un nuevo estudio publicado el lunes en Pediatrics encontró un vínculo entre el trauma de la infancia de un padre y una mayor tasa de problemas de conducta en sus hijos, según CBS Local. En particular, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles descubrieron que los padres que informaron haber tenido cosas como divorcio, abuso sexual, presencia de violencia y exposición al consumo de sustancias entre ellos, tienen más probabilidades de tener hijos a los que se les diagnosticó problemas de salud mental o de comportamiento.

Los investigadores examinaron los datos del Suplemento de Desarrollo de Niños 2014 y el Estudio de Circunstancias Retrospectivas de Infancia 2014. Su análisis también mostró que los niños con padres que experimentaron eventos traumáticos tienen dos veces más probabilidades de desarrollar trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), y cuatro veces más probabilidades de lidiar con enfermedades mentales.

El autor principal, Adam Schickedanz, instructor clínico de pediatría de la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA, dijo a ABC News:

“Las experiencias tempranas de la vida -sobre todo estresantes o traumáticas- tienen consecuencias intergeneracionales para el comportamiento infantil y la salud mental. Nuestro estudio muestra que tiene implicaciones para nuestra crianza y la salud de nuestros hijos”.

Pero el efecto intergeneracional del trauma infantil ni siquiera se da entre los padres. Resulta que los eventos infantiles adversos experimentados por las madres tienen un impacto negativo más significativo en los resultados de los niños que los experimentados por los padres, informó ABC News. Schickedanz teorizó que este efecto desproporcionado podría existir porque las madres son más a menudo las principales cuidadoras en los hogares.

El estudio Pediatrics es el primero a gran escala que muestra los efectos intergeneracionales del estrés tóxico y el trauma severo en lo que respecta a los padres y sus hijos. Pero los investigadores de UCLA dijeron que su siguiente paso es estudiar cómo los eventos infantiles adversos experimentados por los abuelos pueden afectar a sus nietos, según ABC News.

No es sorprendente que el trauma tenga tal impacto intergeneracional. Pero es útil tener la investigación para ver cómo, exactamente el trauma y el estrés infantil pueden repercutir en toda la familia. Con esta información, los médicos pueden comprender mejor y abordar el trauma en sus pacientes, ya sea que estén cuidando a padres o niños.