La gente conoce a las doulas por ser las mujeres que apoyan a futuras y nuevas mamás tanto a tener un embarazo tranquilo, como lograr un parto natural y establecer una lactancia exitosa, entre otras cosas que conlleva la llegada de un bebé. Pero poca gente sabe que existen las doulas de pérdida, que justo hacen eso: apoyar a mamás en el proceso de perder a un hijo.

Randi Wiltenburg, de Butterfly Baby Doula Services, es una doula de pérdida certificada, Wiltenburg pasa gran parte de su tiempo con clientas ayudándoles a superar los momentos más dolorosos que como padres se pueden vivir.

Wiltenburg trabaja al ser contactada por una familia. De ahí los apoya tomando fotos de sus bebés, si ellos lo desean les muestra cómo se baña y se viste a un pequeño, o toma impresiones de arcilla de sus manos y pies. Para Wiltenburg, ayudar a crear esos recuerdos duraderos es crucial.

“Literalmente tienes esta cantidad de tiempo para hacer que los recuerdos duren toda la vida. Si (los padres) quieren bañar a su bebé, puedo ayudarlos con eso, y el uso de agua salina puede ayudar si hay tejido que sale. Puede ayudar a eliminar el enrojecimiento y rellenar nuevamente el tejido. Y solo esas pequeñas cosas. Tengo sombreros y mantas, y pueden cambiarles la ropa”.

Wiltenburg se convirtió en doula después de lidiar con sus propias pérdidas de embarazo. Después de varios abortos involuntarios, se sintió frustrada por la falta de apoyo en su casa. Se entrenó para convertirse en doula en 2016 y trabajó con Loss Doulas International para obtener certificaciones adicionales.

Desde entonces, ha trabajado con docenas de familias, ayudándolas durante sus embarazos y pérdidas. Algunos padres se ponen en contacto con ella después de una pérdida, como un aborto espontáneo. Otros se ponen en contacto con ella después de un diagnóstico fetal, donde el bebé nace, pero se sabe que morirá al poco tiempo. Casi todos sus clientes provienen de recomendaciones de boca en boca.

Que tantas personas le confíen una experiencia tan dolorosa y vulnerable en sus vidas es algo que ella no da por sentado. “Uno puede ver a la gente pasar por esta experiencia y es desgarrador, pero a veces también hay curación y belleza en la pérdida. Puede ser una experiencia de parto realmente hermosa… Permitirles caminar a un espacio tan sagrado, es increíble”.

Las doulas de pérdida tienen un trabajo difícil dentro de la comunidad. No solo están ayudando con el embarazo, el trabajo de parto, y todas las emociones que vienen con eso, sino que la angustia adicional de perder al bebé puede ser mucho para soportar. Puede ser difícil evitar estar demasiado apegado emocionalmente.

“Definitivamente tengo momentos en los que lloro, pero no quiero que me consuelen. Ese no es su trabajo”, dice Wiltenburg. En su lugar, ella toma tiempo después de cada cliente para procesar lo que sucedió. “Todos sentimos cosas diferentes y nos permitimos sentir lo que sea que sientes, dar un paso atrás y darnos cuenta de que un gran amor puede ser una gran pérdida”.

También trabaja para encarnar el “espacio de espera”, que proporciona apoyo sin juicio ni dirección. Muchas veces, puede significar simplemente estar presente y escuchar a los clientes.