Es muy fácil conectarse con niños cuando son muy pequeños. Son lindos y ceñidos, y tan naturalmente inclinados a la cercanía que rara vez te dejan ir al baño sola. Pero eso a menudo cambia a medida que crecen, y cuando llegan a la adolescencia, su necesidad natural de independencia puede hacer que sea difícil mantener la unión. Un estudio reciente de la Universidad de Arizona, sin embargo, descubrió que, en realidad, mantener ese vínculo con tus hijos podría ser tan fácil como compartir una lista de reproducción de Spotify, porque escuchar música con tus hijos puede mejorar su relación cuando sean mayores.

Los investigadores de la universidad estudiaron a un grupo de jóvenes en sus últimos años de adolescencia y principios de sus 20 años para ver cuál fue su experiencia con la música mientras crecían, y específicamente las formas en que compartieron esas experiencias musicales con sus padres. ¿Escucharon música juntos regularmente cuando eran niños? ¿Fueron a conciertos juntos? Según las respuestas de los participantes, los investigadores encontraron que aquellos que reportaron compartir momentos musicales con sus padres con mayor frecuencia tenían “mejores percepciones de la calidad de la relación padre-hijo en la adultez temprana”, según Science Direct.

El tiempo compartido de música en familia puede parecer un concepto un tanto extraño (especialmente si tus hijos son mayores), pero la realidad es que en realidad es una parte muy importante de muchas de nuestras vidas cuando nos convertimos en padres. Cantamos a nuestros bebés (canciones de cuna y canciones inventadas), vemos shows musicales y tocamos en clases de música para niños. En la niñez y los años preescolares, compartir música sigue siendo algo natural, pero las experiencias musicales compartidas generalmente comienzan a disminuir una vez que los niños crecen lo suficiente como para tener sus propias preferencias independientes de sus padres.

Sin embargo, resulta que ese proceso aparentemente inevitable podría no ser tan bueno para la relación padre-hijo. Según el estudio, compartir experiencias musicales fomenta los sentimientos cercanos entre las personas gracias a la sincronización y hacer lo mismo juntos.

Si bien el impacto de escuchar música con nuestros niños puede ser más pronunciado cuando son mayores, todavía hay muchas razones para comenzar cuando son pequeños. Por un lado, podría sentar las bases para un amor a la música a largo plazo, y ayudar a mantener el vínculo entre padres e hijos mucho más allá de los primeros años. Pero, según KidsHealth.org, también hay muchas formas en que la música puede ayudar específicamente al desarrollo infantil temprano.

KidsHealth.org también señaló que la música ofrece a los niños “un rico entorno sensorial”, que estimula las conexiones neuronales que pueden ayudar con la adquisición de habilidades de lectura y matemáticas. Las canciones infantiles también son una excelente manera de enseñar diferentes conceptos (cantando el “ABC”, por ejemplo), y la música también puede ser una gran herramienta para calmar a los niños, especialmente a la hora de acostarse o durante las transiciones difíciles.

¿En otras palabras? Escuchar música podría ser algo que hagamos como algo típico mientras, pero convertirla en una actividad más fuerte y compartida con tus hijos puede tener un gran impacto. Escuchar las canciones de los niños en repetición puede parecer muy molesto después de un tiempo, y sinceramente, las elecciones musicales de tu adolescente podrían no parecer mucho mejores. Pero hacer un esfuerzo para alentar a escuchar música juntos puede ayudar a crear vínculos duraderos, de una manera realmente fácil y accesible para todos los padres.