Este año, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), hay varias enfermedades causadas por piquetes de mosquitos, como Zika, Dengue, el Virus del Oeste del Nilo y otra llamada Chikungunya, que puede ser fatal, causa dolor y debilidad. Es por eso que estos son consejos para proteger a tus hijos de piquetes de moscos.

Mantén a tus bebés lejos del agua:
Uno de los principales consejos que escucharás una y otra vez cuando se trata de mosquitos y bebés es que debes mantenerlos lejos del agua estancada. Cubos, estanques, piscinas, lagos e incluso charcos son excelentes lugares de cría para los pequeños insectos demoníacos. La Dra. Christina Moellering, pediatra de Cox Health en Missouri, dijo a Ozarks Live: “Si van a jugar afuera, mantenlos alejados del agua estancada”.

Donde vives importa:
Larry K. Kociolek, MD, Especialista en Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Hospital de Niños Ann & Robert H. Lurie de Chicago, dice: “La mayoría de infecciones que leemos” en línea o redes sociales “se limitan a las áreas tropicales. El dengue, zika y chikungunya se encuentran en el área que rodea el Golfo de México y el Caribe”.

La mayoría de los piquetes no son motivo de preocupación:
El Dr. Oyinade Akinyede, pediatra de Christie Clinic en Urbana, escribió en Chambana Moms que “la mayoría de las picaduras no conducen a enfermedades, sin embargo, las garrapatas, mosquitos y picaduras de pulgas pueden infectarlo con bacterias, virus o parásitos que llevan. Manténgase atento a los síntomas de las enfermedades que pueden propagar”. Fiebre, vómitos, letargo y dolor son todos indicadores posibles de una enfermedad transmitida por mosquitos, advirtió la AAP.

No todos los colores de la ropa son iguales:
Ciertos colores de ropa atraen a los mosquitos con más fuerza que otros. Amy Lawhorne, vicepresidenta de Mosquito Squad, dijo a The Huffington Post que es más probable que los mosquitos piquen a quienes usan azul marino o negro. También se sienten “atraídos por la luz ultravioleta, fluorescente y azul”, así que manténlos fuera de tu entorno.

Algunos bebés pueden atraer más a los mosquitos:
Wendy Hunter, MD, Pediatra del Grupo Médico de Atención Primaria Infantil, en California, escribió para Baby Science que “cada persona tiene un olor único que hace que algunas personas sean más fragantes que otros y no hay nada que puedas hacer para cambia tu aroma”.

Si tu bebé tiene piquetes, no dejes que se rasque:
Parece cruel negar a tu hijo la capacidad de calmar el picor. Sin embargo, el Hospital de Niños de Seattle advirtió a los padres que deben cortar las uñas de los bebés o ponerles guantes para evitar que se rompan la piel al rascarse. Puedes dejarlos vulnerables a una infección en la parte picada.

Aplica el repelente a tus manos primero y luego a tu bebé:
El Dr. Kociolak dice que la mejor manera de evitar la toxicidad de DEET es evitar que el DEET se adhiera a los ojos, nariz o boca. Debido a esto, nunca debes rociar a tu bebé directamente. En su lugar, rocía tus manos y luego ponlas en tu bebé, evitando sus ojos, nariz y boca.

No uses la combinación de protector solar y repelentes:
Hay un montón de estos en el mercado, pero el protector solar combinado y los repelentes de insectos no deberían usarse, escribió la Dra. Melissa Segal, MD de Live Well Pediatrics en Waldick: “No uses productos combinados de protector solar y repelente de insectos, tendrás que rociar el bloqueador solar con mucha más frecuencia de lo que es seguro”. Para hacerlo de forma correcta, aplica el protector solar primero, espera de 5 a 10 minutos y luego aplica el DEET.

Los mosquiteros funcionan:
No se puede usar DEET en bebés menores de 2 meses, pero mosquiteros son seguros para los más pequeños, dice Kociolek. Trata de mantener a tu bebé adentro cuando los mosquitos son los peores, lo cual es tradicionalmente durante el amanecer y el atardecer.

Ten cuidado donde aplicas el repelente:
El Dr. Kociolek dice que nunca se debe aplicar repelente de insectos sobre la piel rota, heridas o en áreas quemadas por el sol. Esto podría conducir a niveles tóxicos de repelente.