Aunque enfermeras, doctores y casi todos los organismos gubernamentales de salud de todo el mundo han dicho repetidamente a todos que las vacunas son seguras, saludables y necesarias, todavía hay un contingente de personas que critica la práctica y eligen renunciar a ellas por completo. También hay otras personas que deciden retrasar la aplicación de éstas. ¿Pero cuáles son las repercusiones de esa práctica? El retraso en las vacunas afecta a tu hijo más adelante en la vida.

El Dr. Allen Craig, subdirector del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dijo para una entrevista con Healthline: “Los bebés y niños pequeños que siguen programas de inmunización que dispersan las vacunas o se omiten, corren el riesgo de enfermarse”. Y según el CDC, esas enfermedades podrían causar la muerte, desfiguración y otros problemas de salud a largo plazo. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) informó que “un estudio reciente demostró que el retraso de la vacuna contra el sarampión, paperas y rubéola hasta después de los 15 meses se asoció con una mayor tasa de convulsiones febriles”.

El problema con la posibilidad de contraer una enfermedad a partir de un calendario de inmunización extendido es que muchas de estas enfermedades pueden causar lesiones graves, si no la muerte. El sarampión puede causar pérdida de audición de acuerdo con la investigación y las estadísticas, y el NHS explicó que las paperas pueden causar encefalitis y daño cerebral permanente. La poliomielitis puede poner a tu hijo en una silla de ruedas durante toda su vida y causar problemas de respiración de por vida.

¿Pero hay beneficios en retrasar las vacunas? No según el CDC. El sitio web del CDC señaló claramente: “Los niños no reciben ningún beneficio conocido de programas que retrasan las vacunas”. La organización también explica que recibir vacunas según el programa aprobado por un experto no “sobrecargará” el sistema inmunitario de tu hijo ni lo enfermará.

“Los antígenos en las vacunas provienen de los propios gérmenes, pero los gérmenes se debilitan o mueren, por lo que no pueden causar enfermedades graves. Incluso si los bebés reciben varias vacunas en un día, las vacunas contienen solo una pequeña fracción de los antígenos que encuentran todos los días. Las vacunas le brindan a su hijo los anticuerpos que necesita para luchar contra enfermedades graves que se pueden prevenir con vacunas”.

El pediatra Dr. Matthew Davis dijo a la Universidad de Michigan que la tendencia a retrasar o dejar de tomar vacunas es cada vez mayor y que probablemente provocará más brotes de enfermedades, lo que disminuirá la confiabilidad relativa de la inmunidad colectiva para las personas que no pueden vacunarse.

Según Scientific American, “las preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas han llevado a que hasta el 40% de los padres, tan solo en Estados Unidos, retrasen o rechacen algunas vacunas para sus hijos con la esperanza de evitar reacciones raras”. El pediatra Dr. Simon Hambidge dijo a la publicación que retrasar la vacuna no solo pone a tu hijo en mayor riesgo de convulsiones en el caso de la vacuna MMR, sino que “el retraso también aumenta las visitas al consultorio del médico, junto con el tiempo y riesgo de exposición a otras enfermedades infecciosas”.

Al final, es tu elección y solo tuya. Sin embargo, los expertos no solo afirman que puedes poner a tu hijo en riesgo de enfermedades que cambian la vida, sino que es posible que stu hijo no pueda asistir a la escuela o participar en ciertas actividades.