Algunas mujeres sufren episodios de náuseas durante el embarazo y algunas mujeres ni siquiera se sienten mareadas. Para la mayoría, éstas se terminan tras los tres primeros meses, pero si las sufres en el tercer trimestre, quizá te preguntes si es normal o hay algún problema.

De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP), hasta el 75% de las mujeres experimentan náuseas en algún momento de su gestación. Sin embargo, éstas son más prevalentes durante las primeras 13 semanas cuando tu cuerpo está a tono con las hormonas que se multiplican rápidamente durante el embarazo.

A medida que su cuerpo trata de encontrar una nueva homeostasis, es un poco como estar en un sube y baja de hormonas y aumentar el volumen de sangre; solo tienes que aguantarlo. Durante estos cambios hormonales en el embarazo, no es raro que ocurra otro ataque de náuseas, pero si se trata de un nuevo síntoma, o si se produce de manera rápida o grave, o ambos, debes ser atendida por tu médico. Resulta que las complicaciones como la preeclampsia pueden presentarse con náuseas y vómitos.

Como resultado, hay muchas razones por las que puedes encontrarte un poco mareada al final de tu embarazo y la mayoría de ellas no son para asustarte, pero hay algunas complicaciones que son motivo de preocupación.

La enfermera de familia Deirdre Loudermilk, habla sobre si las náuseas en el tercer trimestre son normales: “La mayoría de las veces, es completamente normal. Podría deberse a que eres solo una madre que tiene muchas náuseas. Podría deberse a la posición de tu bebé”. Ella dice que la digestión lenta debido a la progesterona en tu cuerpo puede empeorar por un útero que está presionando contra el estómago o partes del tracto digestivo que alteran la forma del esfínter regulando la dirección de los alimentos a través de tu cuerpo. “También podría ser el aumento de estrógeno que ocurre alrededor del momento en que se está preparando para dar a luz. Muchas mujeres tienen náuseas, vómitos y diarrea justo antes de comenzar el trabajo de parto”.

Ocasionalmente, sin embargo, podría ser algo más que los síntomas cotidianos del embarazo. Existen complicaciones como el síndrome de HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas, recuento bajo de plaquetas) o preeclampsia, una condición de presión arterial potencialmente mortal que puede causar náuseas y vómitos intensos.

“Si su náusea siempre está acompañada de dolor, o si es más grave de lo que está acostumbrado, o si se trata de un nuevo síntoma, llame a su médico de inmediato”, dice Loudermilk. Ella nota que el dolor puede sentirse localizado en la parte superior del abdomen en el caso de HELLP, o puede ser un dolor de cabeza severo en caso de preeclampsia. De cualquier manera, cualquier dolor o cualquier síntoma nuevo debe evaluarse tan pronto como se presente porque el mejor tratamiento para estas condiciones peligrosas es la entrega del bebé.

Sin embargo, si solo son las náuseas y vómitos diarios que has tenido durante 40 semanas, no pasa nada. Comidas pequeñas, mucho descanso, pan tostado seco y una taza de té de menta o jengibre, ayudarán. Se trata de controlar tus síntomas y contar los días hasta que se acabe el tercer trimestre.