Si tomar decisiones sobre tratamientos de salud para nuestros hijos es difícil, el pensar en un posible procedimiento quirúrgico es el doble, sin importar qué tan seguros y rutinarios parezcan. La extirpación de adenoides es a menudo un caso en el cual un médico hace la recomendación y los padres toman la decisión final. Para ayudarte con tu decisión, es importante estar informada acerca de qué son las adenoides, qué sucede durante la extracción y cómo puede beneficiar a tu hijo.

Las adenoides están hechas de tejido linfático, un tipo de tejido presente en todo el tracto gastrointestinal. Protegen un poco la inmunidad, pero los niños normalmente tienen suficiente fuera de las adenoides para mantener su sistema inmunológico. Las adenoides se encuentran en la parte posterior de la nariz en un lugar llamado faringe nasal. Es difícil de ver sin un equipo especial, por lo que no puede ser examinado por la mayoría de los pediatras generales.

También puede ser difícil ver la conexión entre las adenoides y los síntomas de tu hijo. La extirpación adenoidea a menudo se recomienda para niños que tienen drenaje nasal o infección crónica de los senos paranasales, dolores crónicos en el oído o múltiples tubos o problemas para respirar como la apnea del sueño.

Cuando las adenoides están hinchadas o infectadas, inhiben la respiración normal, lo que lleva a los niños a respirar por la boca. También pueden bloquear el drenaje nasal natural, lo que lleva a infecciones sinusales y frecuentes acumulaciones amarillo-verdosas. Si un niño tiene lo que se conoce como un segundo juego de tubos de oídos, es útil eliminar las adenoides. Los tubos para los oídos están diseñados para ayudar a promover el drenaje normal del oído medio y las adenoides agrandadas obstaculizan esto. Además, si éstas no se eliminan, albergan infección y sus biopelículas (áreas de crecimiento de bacterias), reducen la efectividad de antibióticos.

Si ya diste el sí a la extracción de adenoides, el siguiente paso es comprender cómo se realiza. Para la mayoría de los niños sanos, es un procedimiento ambulatorio. Sin embargo, es un poco más complicado que otros procedimientos de este tipo, ya que requiere anestesia y un tubo de respiración. La eliminación se completa a través de la boca, utilizando una herramienta de espejo para ver el área de la adenoides. Diferentes cirujanos prefieren diferentes herramientas que pueden incluir succión, raspado o calor eléctrico para eliminar el tejido y reducir el sangrado. El procedimiento en sí, dura cinco minutos.

En la mayoría de los casos, a los niños les va muy bien después de la extracción, solo tomando cantidades básicas de ibuprofeno o paracetamol para reducir el dolor durante algunos días si es necesario. Debido a la ubicación de las adenoides, los niños a menudo se quejan de dolor de cabeza o de oído (a veces de ambos), sin saber exactamente de dónde viene la sensación.

Algunos niños no se quejan de ningún dolor. Debido a su ubicación, la herida de la extracción se cierra de manera natural y puede tardar algunas semanas en sanar por completo. A medida que sana, los niños pueden experimentar aliento maloliente. Además, las adenoides pueden continuar creciendo en los niños hasta alrededor de los cinco o siete años.

Si un niño tiene una extracción a una edad muy temprana, existe la posibilidad de que sus síntomas relacionados con adenoides infectadas o inflamadas regresen a medida que éstas crecen. Los cirujanos pueden ajustar el proceso para eliminar solo parte de la adenoide. En ciertos casos, una eliminación completa de las adenoides dejaría un espacio demasiado grande alrededor de la paleta suave, lo que provocaría dificultades para comer o hablar normalmente. Una extirpación parcial generalmente elimina este riesgo, pero en raras ocasiones se requiere terapia de seguimiento.

Al final, la eliminación de adenoides es una decisión familiar. Raramente hay un momento en que quitarlas es una necesidad. Al mismo tiempo, hay pocos efectos secundarios y solo en muy raras ocasiones en que la extracción podría ser perjudicial, especialmente para los niños con afecciones preexistentes como paladar hendido o Síndrome de Down.

Los padres de niños que son candidatos para la eliminación están preocupados por la anestesia, los tubos de la tráquea o consecuencias posteriores de que los niños vivan sin adenoides, como mayor riesgo a alergias y a enfermarse más. Sin embargo, se ha comprobado que se trata de mitos y que los niños que viven esta cirugía, mejoran considerablemente su calidad de vida.

Información de: Healthline, Kids Health y Parents.