Todo el mundo sabe que habrá cierto estrés asociado con el embarazo. Las personas que esperan un bebé tienen mucho de que preocuparse, después de todo, desde su salud hasta la salud de su bebé, hasta la idea de criar a un ser humano real y vivo y cuidarlo por lo menos durante los próximos 18 años: los sentimientos de estrés o ansiedad son increíblemente normales. Sin embargo, una nueva investigación muestra que el estrés elevado durante el embarazo puede afectar el crecimiento del bebé, al menos de acuerdo con un nuevo estudio.

La investigación realizada en la Universidad de Nuevo México, en conjunto con la Universidad de Göttingen y el Centro Alemán de Primates, mostró recientemente cómo el estrés puede afectar el crecimiento de un bebé durante el embarazo y después, y los resultados pueden ser un poco sorprendentes. Los hallazgos del estudio reciente sugieren que los bebés realmente se ven físicamente afectados por el nivel de estrés de su madre durante el embarazo y que éste puede resultar en un crecimiento más lento o más rápido de un feto y un bebé.

Los investigadores probaron sus predicciones utilizando un total de 719 estudios en 21 especies de mamíferos, según The Daily Wolf, el periódico estudiantil de la Universidad de Nuevo México. La especie varió de roedores a primates, según documentos proporcionados a la publicación por el antropólogo evolutivo de la Universidad de Nuevo México, Andrés Berghänel, Ph.D. No parece que las madres humanas estuvieran incluidas en este estudio en particular, pero dado que también somos mamíferos, los hallazgos aún podrían ser significativos para nosotras.

El estudio determinó que el momento del estrés tiene mucho que ver con la forma en que afecta el crecimiento de un bebé, según el Centro Alemán de Primates en el Instituto Leibniz para la Investigación de Primates. Berghänel, el autor principal del estudio, dijo de los hallazgos:

“La idea es que el estrés prenatal afecta a la descendencia de dos maneras diferentes según el momento del estresor durante el embarazo, lo que arroja resultados diferentes antes del nacimiento, después del nacimiento y después del destete”.

 Básicamente, el estrés de la madre más tarde durante el embarazo conduce a un crecimiento lento durante las fases dependientes, pero un crecimiento sin cambios más adelante.

En comparación, el estrés materno al principio del embarazo hace que el feto “haga lo mejor posible con un mal trabajo”, como lo expresó el Centro Alemán de Primates. Los hallazgos sugieren que estos “descendientes desafiados” cambian a un ritmo acelerado de vida donde crecen y maduran más rápido que los “descendientes no desafiados” que no lidiaron con ese estrés, a fin de garantizar que se reproduzcan antes de morir.

 Esencialmente, el estrés de una madre durante el embarazo parece afectar el crecimiento de un feto y el crecimiento de un bebé una vez que nace, para bien o para mal, de acuerdo con este nuevo estudio. Berghänel enfatizó que si bien el estrés prenatal parece tener un efecto en la descendencia, no está “fijado de por vida” y los efectos pueden “reajustarse”, según KRQE News. 

Aunque estos estudios evaluaron mamíferos como roedores y primates, los científicos están aplicando los hallazgos a humanos con la esperanza de que puedan comprender mejor qué estrés durante el embarazo puede causarle a una madre y su bebé y cómo éste podría mitigarse.