La verdad es que las mamás, no queremos enfocarnos en el tema de la pornografía y asumimos que nuestros “hermosos bebés” simplemente son muy inocentes para que les guste o para que la usen. Creemos que con educar y ser nosotras unas buenas personas, es suficiente para que nuestros hijos no tengan ganas de hacerlo.

Pero hoy te digo: ¡Basta ya de cerrarnos los ojos!

La pornografía cuando nosotras éramos chiquitas, era algo ilegal, no permitido, clandestino y cachar que tu abuelito o tu papá tenían escondida una de “esas revistas”, era un trauma de vida. Su acaso viste algún tipo de revista o video, fue a escondidas en un closet y temblando de miedo porque te fueran a cachar. Te apuesto que aunque quizás lo hiciste contadas veces, puedes recordar perfectamente la imagen… Esto sucede porque la pornografía hace cicatrices en nuestro cerebro y esto se llama una “impronta” una huella que queda en la mente y por ello con sólo pensar en eso, la imagen clara y presente, llega a ti de nuevo. Es lo mismo que pasó el día de tu boda o el día del sismo, se hace una huella de por vida.

Actualmente no necesitas ir a buscar a un closet clandestino la pornografía, actualmente con el mismo celular que me estás leyendo, puedes ver lo indecible de pornografía de todos tipos (que cada vez son más aberrantes, con fluidos humanos, con animales… totalmente pervertido el concepto del sexo). “Es que yo le pongo filtros a mi celular o computadora…” Ajá, eso decimos todas, pero aún así estas páginas penetran en los buscadores y por más que hagas, llegan a ti y también a tus hijos.

Por eso quiero ser muy clara en esto, si tú le das un celular con internet a un hijo, le estás dando el acceso ilimitado a todas las imágenes y páginas porno del mundo. Le estás dando la posibilidad de que se vuelva adicto a la pornografía, que hoy se considera con igual efecto adictivo que la cocaína, por lo que es igual de difícil dejarla. “Es que mi hijo nunca haría eso, usa su celular para jugar y hablar con sus amiguitos, además si no lo tiene, lo van a ver como el -raro-”. Muchas mamás piensan esto, olvidando que la curiosidad, es la curiosidad, e inicia a los 8 años esta búsqueda de saber insaciable que te lleva a ver de todo, y entre eso, puede estar la pornografía, por supuesto.

Yo les pregunto a ustedes, ¿qué prefieren, que tu hijo no tenga celular y que sus amigos le digan que es raro o que vea pornografía y pueda volverse adicto? Esta es la pregunta que te debes hacer antes de darles estos dispositivos a tus hijos. ¡Ay qué exagerada! Muchos podrán pensar, sin embargo, es realismo puro, no es un cuento. Sé que duele pero es la verdad. Si necesitas que tus hijos estén comunicados, dales un celular del OXXO que no tiene datos o un reloj que sólo marca 10 números y además es un geo-localizador para mantenerte siempre alerta sobre dónde están tus hijos.

La regla 3-6-9-12 que tantas veces he hablado de ella, tiene un concepto muy claro para cuidar a tus hijos de la tecnología y sus efectos negativos:

Antes de los 3, nada de TABLETA PROPIA

Antes de los 6, nada de VIDEOJUEGOS

Antes de los 9, nada de INTERNET A SOLAS

Antes de los 12, nada de CELULAR INTELIGENTE PROPIO NI RED SOCIAL

Con estos sencillos pasos puedes estar segura de estar dando un buen uso a la tecnología.

Aunado a ello, es importante que sepas que al dar a tus hijos celular inteligente a los 13 años, Requieres hablar con ellos sobre los peligros que conlleva ver pornografía y ser muy clara con los términos y conceptos, por lo que en mi siguiente columna te diré cómo hablar con ellos sobre la pornografía y sus efectos. ¡Hasta pronto y no olvides que tú eres la mamá, usa tu poder!