Todo el mundo sabe que las mujeres embarazadas son bastante mágicas. Están creando seres humanos enteros en sus vientres y sus cuerpos incluso se están preparando para alimentar a los recién nacidos una vez que hagan su gloriosa entrada al mundo. Pero, un estudio recientemente publicado ha determinado que la sangre de una mujer que está embarazada podría posiblemente matar hombres… y eso es todavía más sorprendente.
No, las mujeres embarazadas no van a formar un ejército para exterminar físicamente al patriarcado con sus fluidos corporales ni nada por el estilo. Pero, lo que el estudio encontró fue mucho más sutil que eso. Y si los hallazgos se replican en estudios futuros, podrían tener ramificaciones bastante importantes cuando se trata de transfusiones de sangre.
Básicamente, un equipo de investigadores holandeses rastreó las tasas de mortalidad de decenas de miles de pacientes que habían recibido transfusiones de sangre entre 2005 y 2015, como informó Marie Claire. Lo que encontraron fue sorprendente. Resultó que los hombres menores de 50 años que habían recibido sangre de una mujer que alguna vez había estado embarazada tenían 1.5 veces más probabilidades de morir que los que no.
Bastante raro. Entonces, ¿qué significa? Bueno, de acuerdo con los investigadores que realizaron el estudio, publicado el martes en el Journal of the American Medical Association, hay algunas posibles explicaciones. Primero, está lo que Karen Weintraub de Scientific American llamó la “teoría principal”, que es que las madres que en algún momento de sus vidas habían tenido hijos habían desarrollado anticuerpos como reacción para protegerse contra las proteínas en el cromosoma Y. (El hecho de que los investigadores no tengan información sobre el sexo de los bebés de las mujeres hace que esto sea imposible de probar en este momento).
Otros posibles culpables incluyen que podría haber una diferencia en el estado del hierro entre hombres y mujeres que alguna vez estuvieron embarazadas o discrepancias en la fisiología de los glóbulos rojos. Cualesquiera que sean las fuerzas corporales que estén trabajando aquí, lo que parece ser el caso es que podría resultar fatal para los hombres. Y es especialmente importante llegar al fondo de esto porque en este momento, informó Scientific American, los trabajadores de la salud no tienen en cuenta el sexo de los donantes y los receptores cuando deciden a quién se le transfiere qué sangre.
Aún así, la Cruz Roja y los investigadores detrás del estudio coinciden en que sus conclusiones deben ser replicadas por otros estudios antes de que puedan considerarse definitivas. Mientras tanto, el profesor Kevin McConway de The Open University, por ejemplo, sigue sin estar convencido, según The Telegraph. Él cree que la naturaleza observacional del estudio dificulta el análisis de las relaciones de causa y efecto, diciendo:
“Tal vez hay alguna diferencia entre los hombres que recibieron sangre de las mujeres que habían estado embarazadas y los hombres que tenían sangre de otros donantes, que no tiene nada que ver con la fuente de la sangre que recibieron. Incluso si el efecto sobre la mortalidad es real, todos los datos provienen de la población de los Países Bajos, y las cosas pueden funcionar de manera diferente en poblaciones con diferentes antecedentes genéticos. [Es] importante no leer demasiado en este estudio y no creo que exista ninguna causa real para que los hombres estén preocupados por este tema si necesitan un trasplante de sangre. Yo soy un hombre y no me preocupo”.
En general, el estudio es un llamado a la vigilancia y al análisis posterior, pero no por el pánico. Pero definitivamente, es un recordatorio de que el cuerpo embarazado nunca dejará de ser sorprendente y único.