Es esa conversación que como padres, todos quisiéramos evitar para siempre. La mayoría de nosotros, tenemos ese deseo de poder proteger a nuestros hijos del dolor y la desilusión que vienen con el tema de la muerte, pero ya sea que hayas perdido a un familiar, una mascota o el concepto haya surgido de alguna otra manera, todas las familias se ven obligadas a aprender a hablar con sus hijos sobre esto. Eventualmente, ellos tendrán que saber y debes asegurarte de explicarlo bien.

El Dr. Jarrett Patton, miembro de la Academia Americana de Pediatría, aconseja a los padres comenzar con el panorama general. El mundo puede ser un gran lugar de miedo para ellos y cuando la muerte afecta directamente a sus pequeñas vidas, esos sentimientos se intensifican legítimamente. Puede ayudar que comiences la conversación con tu hijo hablando sobre el ciclo de vida de todos los seres vivos, comenzando con las plantas y siguiendo con los animales y seres humanos.

“La muerte puede ser un concepto traumático, pero inevitable para los niños”, dice Patton. “Los padres deben comenzar las conversaciones alrededor de ésta explicando el ciclo de vida y que su hijo entienda que la muerte es el punto final natural de la vida”.

Con el concepto del ciclo de vida, es probable que la mayoría de los niños entiendan y acepten la muerte natural de un adulto mayor en sus vidas, como un bisabuelo anciano y enfermo. Pero, como es verdad para todos nosotros, muertes inesperadas o jóvenes pueden oscilar sus mundos mucho más agudamente. Y cuando se trata de la muerte de una mascota, es importante que los padres reconozcan que nuestros hijos pueden sentirse mucho más cerca de su gato que de un familiar que ven sólo unas pocas veces al año.

Pero la muerte es muerte y Patton reconoce que para un niño, “puede haber un estrés particular en torno a muertes inesperadas de un familiar cercano o mascota. En estas circunstancias, es importante explicar que estos eventos no suceden a menudo, pero puede ser triste cuando se producen”.

No subestimes el modelo que estableces para tus hijos, especialmente en tiempos de crisis o de duelo. Hablar sobre el valor de los sentimientos y dejar que tu hijo sepa que sus respuestas emocionales son naturales puede ayudar a su mente a organizar su experiencia. Patton cree que si un padre se siente emocionalmente preparado para hacerlo, discutir sus propios sentimientos sobre la muerte puede ayudar a su hijo a procesar su experiencia.

Entonces, ¿cómo saber si la respuesta de tu hijo a la muerte es saludable o no? La clave, según Patton, es darle tiempo para dejar que la herida sane. “Tu hijo puede estar triste por poco tiempo después de la muerte, pero debe volver a su ser normal. Si sientes que tu hijo está teniendo un momento particularmente difícil de adaptarse a la pérdida de una vida, asegúrate de hacer que vea a un consejero y su médico”.

Dado que los niños todavía están aprendiendo a expresar verbalmente sus sentimientos, una lucha continua para aceptar una muerte puede manifestarse más en su comportamiento (ya sea más agresivo o alejado de lo normal) en lugar de sus palabras.

Con mucha empatía, conversación reconfortante y comprensión, la mayoría de los niños naturalmente seguirán adelante después de procesar la muerte, pero lo más importante es que lo hagas junto con ellos, como una familia.