Las pijamadas son uno de los grandes ritos de la infancia. Pueden ser divertidas y emocionantes, pero también pueden provocar ansiedad y nostalgia, especialmente en los niños más pequeños.  ¿Cuándo son los niños lo suficientemente mayores para dormir en otras casas? Como muchas decisiones de los padres, la respuesta dependerá de la personalidad de tu hijo, temperamento y nivel de madurez.

La Dra. Meghan Prato, una experta en psicología infantil y terapia familiar, habla de los signos de preparación que debes buscar en tus hijos antes de enviarlos a una pijamada y sobre lo que los padres pueden hacer para asegurar que sus niños tengan una experiencia segura y agradable.

En general, dice Prato, no hay mucha investigación sobre la edad adecuada para que los niños puedan dormir fuera. Ella explica que es mejor centrarse en “cosas que son capaces de hacer en lugar de un número”. Prato estima que la mayoría de los niños empiezan a desarrollar estas habilidades alrededor de 5 o 6, pero no son completamente capaces de resolver problemas hasta 8, 9 o 10. Así, que según Prato, 8 es la edad más temprana para considerar los signos de preparación para dormir, como cerciorarse de que tu hijo entienda los acontecimientos concretos incluyendo donde van, cuáles son las expectativas y cómo debe actuar.

Prato señala que tu hijo también debe ser capaz de autorregular las emociones y resolver conflictos por su propia cuenta sin buscar a un adulto. Si los niños siguen teniendo muchas peleas físicas o emocionales en la escuela o en juegos, probablemente no estén listos para las pijamadas.

Antes de enviarlos a una fiesta de pijamas, también debes asegurarte de que tu hijo puede identificar lo que está bien y lo malo. Por ejemplo, cuando se trata de cruzar la calle, ¿le permites a tu hijo hacer esto por su cuenta o lo haces cruzar contigo? Independientemente de las reglas y los valores de tu familia, debes saber que tus hijos son lo suficientemente maduros para alejarse de cualquier situación que no apruebes y tomar las medidas adecuadas para manejarlo. Por supuesto, algunas cosas son más importantes que otras. Los hábitos de seguridad, por ejemplo, no son negociables.

Una vez que los niños estén listos para dormir, los padres deben desarrollar un conjunto de preguntas antes de las pijamadas sobre seguridad y valores compartidos. Prato dice que confíes en tu intestino y no tengas miedo de ser molesta. Asegurarte de que tu hijo estará seguro y bien supervisado es más importante que lo que otros padres piensan. Sin embargo, sigue siendo una buena idea tener un conjunto básico de preguntas que hacer, como las siguientes:

¿A dónde va mi hijo?
¿Quién será responsable de los niños durante la fiesta de pijamas?
¿Dónde dormirá mi hijo?
¿Cuánta supervisión y estructura habrá? En general, dice Prato, cuanto más joven es el niño, más atención y dirección tendrán los adultos.
¿Quién más vive en la casa (como un amigo o pariente de la familia inmediata)?
¿Es la casa segura? ¿Hay armas o alcohol en la casa?
¿Esta familia comparte mis valores?

Antes de decir adiós, deja que tu hijo sepa que siempre hay una salida si quieren ir a casa. Asegúrate de que estarás disponible para recogerlos en cualquier momento si deciden que no están listos después de todo. Con todo esto en mente, tu hijo estará listo y emocionado para embarcarse en su primera fiesta de pijamas. Así que ánimo.