Las primeras pastas dentales para los niños después de lavarles los dientes sólo con agua (de 6 meses a 2 años), tienen la ventaja de no hacerles daño si se la comen, sin embargo, después es necesario que tu hijo deje atrás esta etapa y aprenda a escupir la pasta tras lavarse la boca.

Mientras que tragar un pedacito minúsculo de pasta de dientes no va a hacer mucho daño, sigue siendo importante enseñar a los pequeños a escupirla en el lavabo del baño. La mayoría de las pastas dentales contienen fluoruro para ayudar a fortalecer el esmalte de los dientes y prevenir el crecimiento de la placa, pero puede causar dolor de estómago y náuseas si se ingiere. Incluso si estás usando un dentífrico de entrenamiento que no tiene fluoruro y se endulza con sorbitol, éste podría causar un ligero efecto laxante si se traga.

Con el fin de que tus hijos aprendan a escupir, los dentistas pediátricos sugirieren que tú y tu familia actúen como modelos a imitar al cepillarse junto a tu niño pequeño para que él pueda tratar de imitar lo que ve. El arte de escupir puede sentirse desconocido para los niños pequeños ya que tienen un impulso natural de tragar, por lo que tomará tiempo para que lo logren.

Comienza poniendo una ligera capa de pasta de dientes con flúor para niños menores de 3 años, para asegurarte de que no está tragando demasiado flúor. También consíguele a tu hijo su propio vasito para enjuagarse, ya que éste podría darle el incentivo de escupir. De igual forma, también puede ser buena idea explicarle que cuando escupe, los bichitos malos que quieren comerse sus dientes, se van con el agua. Esto lo motivará o puede convertirse en un juego divertido a tu favor, para lograr que saque esa pasta y después se le haga costumbre.