Dar a los niños dosis altas diarias de vitamina D en lugar de la cantidad recomendada estándar no aumenta sus defensas en épocas donde la temperatura baja, de acuerdo a un nuevo estudio.

Durante los últimos 30 años, se ha pensado que la vitamina D desempeña un papel en la prevención o reducción del número de resfriados y episodios de niños con gripe que experimentan durante el final del verano, otoño y el invierno.

Pero los investigadores de Toronto encontraron que los niños que recibieron la dosis diaria estándar de 400 unidades internacionales (IU) y los que recibieron 2 mil UI por día tuvieron un promedio de casi dos infecciones de las vías respiratorias altas durante los meses de frío. Es decir, se enfermaron igual.

“Lo que encontramos fue que no había diferencia en el número de infecciones virales que los niños tenían, sin importar que estuvieran en el grupo de dosis alta o el grupo de dosis regular”, dijo el Dr. Jonathon Maguire, un pediatra en Hospital de Saint Michael.

“Creo que acabamos de romper un mito aquí, que dar más vitamina D no parece proteger contra las infecciones virales”.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores trabajaron con cerca de 700 niños de 1 a 5 años, cuyos padres les administraron una de dos dosis diarias de vitamina D. La mitad de los niños fueron seleccionados al azar para recibir 400 IU, mientras que la otra mitad debía obtener 2 mil IU.

Maguire dijo que los datos de experimentos de laboratorio habían sugerido que la vitamina D podría ayudar a producir ciertas proteínas que pueden proteger el sistema respiratorio de infecciones virales: “Así que la hipótesis de que si les dábamos a los niños una alta dosis de vitamina D, podríamos promover la producción de estas proteínas y protegerlos contra los resfriados de invierno. Pero lo que este documento muestra es que dar  de más no tiene ningún beneficio en términos de infecciones virales”.

Entre el grupo de niños que recibieron 400 IU de vitamina D gotas al día, cada uno desarrolló 1.91 resfriados en promedio, en comparación con 1.97 cada uno en el grupo de niños de 2 mil UI.

“Realmente no había diferencia entre los grupos, eran casi idénticos”, explicó Maguire, quien agregó que el número de casos de gripe en el grupo de dosis alta fue ligeramente inferior, pero no lo suficiente como para ser clínicamente significativo.

Los investigadores confirmaron que los niños habían recibido las dosis asignadas a través de pruebas que midieron el nivel de vitamina D en su sangre, tanto al inicio como al final del estudio. “Con esto comprobamos que es una especie de idea omnipresente acerca de las vitaminas… el creer que mientras más consumamos, más sanos estaremos, cuando con una dosis normal es más que suficiente”, finalizó Maguire.