Mientras mamá se encontraba fuera de la ciudad durante un fin de semana, papá decidió remodelar su dormitorio y sorprenderla en un acto de amor.

Le bastaron tres días para quitar una horrible alfombra, pintar las paredes, colocar un nuevo piso de madera y hacer una cabecera para su recámara, todo mientras cuidaba a sus tres hijos.

Por supuesto que los niños no ayudaron mucho, pero intentaron portarse bien, mientras papá sorprendía a su mujer y disfrutaron al máximo de este nuevo cuarto.

Cuando su esposa llegó quedó con la boca abierta al ver su habitación completamente diferente y no puedo evitar soltar una grosería y emocionarse hasta las lágrimas.