Soy de esas mamás que muchas llaman locas y critican por dejar que el perrito de la familia le de lengüetazos al bebé en la cara; y bueno, ¿qué les puedo decir? si yo misma crecí rodeada de perros y todo tipo de mascotas.

Los que me conocen muy bien, saben mi adoración y respeto por los animales. Desde muy chica convivo con ellos y lejos de perjudicarme han sumado grandes cosas positivas a mi vida.

Pretzel es mi “perrhija”. Llevamos casi ya cuatro años con ella. Antes de ‘Pretz’ (como le llamamos de cariño) teníamos a otra perrita, Pebbles. Y antes de Pebbles, muchas mascotas más, como gatos, tortugas, pajaritos, peces, etc.

Mi esposo, es literal rescatista de perros; en su negocio tiene más de seis y la familia sigue creciendo. En casa, solo tenemos a Pretzel, una perrita criolla, cruza de poodle y maltés que ha aportado a nuestras vidas más de lo que nosotros a la vida de ella. ¡Ya no sé si nosotros la rescatamos a ella, o ella a nosotros!. Vive dentro de casa y duerme en la cama con nosotros; el punto es, que es nuestra adoración y de verdad la vemos como parte de nuestra familia.

Desde que me embaracé, el tema con el que más tuve que lidiar fue precisamente el de las mascotas. Mucha gente me preguntaba -”¿Y qué vas a hacer con Pretzel?, ¿la vas a regalar?” o -”¿Ya buscaste candidato para dar en adopción al perrito?”.

También comentarios como -‘’¡Estás loca! ¿Cómo vas a tener al perro dentro con la bebé recién nacida?, ¡No dejes que se le acerque a la bebé!’’, “Se va a poner celosa Pretzel y va querer morder a la bebé.’’ y el que más me gusta – ‘’La vas a terminar regalando.’’ y ¿Por qué creen que esa última es la que más me gusta? Pues sí, porque ¡NO LA REGALÉ!

Pretzel es muy territorial y está muy apegada a nosotros, para ser sincera, al principio me ponía a pensar en que tal vez todas esas personas que me decían lo que mencioné arriba tuvieran razón. Me daba miedito que Pretzel se pusiera celosa, que le ladrara a la bebé, o que no la quisiera. Sin embargo, fue todo lo contrario.

Desde que Bárbara estaba creciendo dentro de mí, yo acercaba a Pretzel a mi vientre, le platicaba que iba a llegar un ser hermoso, que era parte de mí y que ella debía protegerla como me protegía a mí.

Mi vientre fue creciendo y Pretzel se daba cuenta, ya se acercaba solita y se acostaba recargándose en él. Dos días después de que naciera Bárbara, le dimos la colchita que había estado usando a Pretzel, de esa manera ella identificaría el olor y sería más fácil para ella y para nosotros la bienvenida de Bárbara a casa.

Desde el primer día y hasta la fecha, Pretzel ha sido muy cariñosa y respetuosa con Bárbara. Se le acerca con mucho cuidado y no muestra más que cariño por ella. Es impactante ver cómo defiende a la bebé cuando alguien se le acerca.

¡Es celosa, pero de Bárbara! Quiere que todos guarden su distancia, quiere que la bebé le ponga atención, y constantemente juegan juntas. Bárbara ha crecido con Pretzel y se divierte mucho con ella.

Para mí, es muy importante inculcarle a mi hija el respeto y cariño por los animales y la naturaleza. De la mano viene el respeto por los demás seres humanos. El inculcarles ese respeto y sensibilidad para con los demás seres, es un valor que conforme crecen logran desarrollar aún más y les facilita el convivio sano con todo lo que les rodea.

Bárbara ve a Pretzel como un miembro más de su familia, un miembro que merece cuidado, atención y cariño. Mi objetivo es educar a un ser humano consciente y bondadoso que transmita esos valores a futuras generaciones.

Si todavía después de mi historia súper cursi y melosa me crees loca, te dejo algunos beneficios que trae consigo el que tus hijos crezcan con mascotas:

  1. RESPONSABILIDAD: El hecho de que nuestros hijos crezcan con una mascota, los ayuda a aprender el significado de RESPONSABILIDAD. Además de los juegos y la diversión, una mascota también requiere de cuidado, limpieza y alimentación. Si tú enseñas a tus hijos a hacerse responsables de estas tareas, les inculcarás la responsabilidad desde muy pequeños y se les facilitará ser más responsables en un futuro.
  2. REDUCE ESTRÉS Y ANSIEDAD: Acariciar a una mascota reduce el nivel de estrés y ansiedad. De hecho, hay muchas terapias que incluyen animales para este fin. Es una herramienta muy práctica para canalizar sus emociones negativas.
  3. MENOS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS: Que tus hijos crezcan con animales disminuye la posibilidad de desarrollar asma o alergias más comunes. Además, ¡crean anticuerpos!
  4. AYUDAN CON EL APRENDIZAJE: En Estados Unidos, se realizó un estudio en donde pedían a niños que tenían dificultades para leer, que leyeran frente a un compañero, un adulto y una mascota. El estudio demostró que los niños se sentían más relajados leyendo frente a la mascota, ya que ellos no emiten un juicio y simplemente los escuchan atentamente. Ellos se soltaron más y empezaron a ver una mayor fluidez en su lectura. -‘’¡Lee el libro con Pretzel!’’ suena más divertido que -‘’¡Lee el libro!”
  5. ACTIVIDAD FÍSICA: El tener un perrito en casa ayuda a tener más actividad física, tanto de los papás como de los hijos. Es necesario sacar a pasear a Pretzel, así que salimos todos juntos y nos desconectamos del celular, iPad, computadora, xbox, etc. De esta forma disfrutamos la naturaleza y de paso hacemos algo de ejercicio.

¿Sabes de algunos otros beneficios que trae consigo el hecho de que tus hijos crezcan con mascotas en casa? ¡Déjame tus comentarios! Y no olvides visitar mis redes sociales.