Cuando Jennifer Gobrecht cumplió 17 años de edad, se enteró que padece del síndrome de Mayer-Rokitansky-Hüster-Hauser (MRKH) o mejor conocido como agenesia vaginal, un trastorno congénito y poco frecuente, el cual afecta al aparato reproductivo femenino y en muchas ocasiones no tiene útero, ya que este no se desarrolla y por lo tanto no podría convertirse en madre.

Sin embargo, a sus 33 años logró ser madre y gracias a un trasplante de útero de una donante muerta.

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El síndrome se debe a un defecto en los conductos de Müller, los cuales forman el útero, así como las trompas de Falopio y la vagina.

Jennifer se ha convertido en la segunda mujer que se somete a un trasplante de este tipo en Estados Unidos, fue así cómo logró convertirse en madre de Benjamin Thomas Gobrecht, el pasado noviembre en el Hospital de la Universidad de Pensilvania, Filadelfia.

Luego de contraer matrimonio, intentó junto su esposo, someterse a algunos métodos para poder convertirse en papás, pero fue hasta que participaron en un ensayo clínico para mujeres infértiles, en Pen Medicine, en la Universidad de Pensilvania, que lo lograron.

A Jennifer le trasplantaron el útero de una donante fallecida. Después le hicieron una transferencia de embrión, y finalmente recibió una llamada, donde le confirmaron que estaba embarazada. A finales de noviembre, una vez que se convirtió en madre, le fue retirado el útero.

La cuenta oficial de la Universidad, compartió el caso, confirmando que superó las expectativas de este trasplante y todo el proceso. Con esto, miles de mujeres han afirmado que aunque un diagnóstico te confirme que no puedes convertirte en madre, todo puede cambiar en un segundo y gracias a los avances médicos.