Sé que no vale la pena justificarme por haberlos abandonado y no haberles escrito los meses pasados, sin embargo quiero ofrecerles una disculpa y prometerles que poco a poco volveré a la rutina. Pasa el tiempo y son pocas las veces en las que logro sentarme frente a la computadora para poder escribir, y estoy consciente de que es cuestión de organizarme mejor, así que esta tarea que tanto disfruto se unirá a mi lista de propósitos del 2019 y ¡espero lograrlo!

Aunque claro, tengo que considerar que ahora con dos bebés, me costará un poco más de trabajo. En fin, dejaré las excusas detrás para contarles cómo estoy viviendo mi segundo embarazo.

Los meses pasados, como se lo pueden imaginar, han sido muy, muy hermosos. Muchas personas me han preguntado si habíamos planeado el embarazo, o si nos había sorprendido y la realidad es la siguiente:

Naza y yo habíamos hablado del tema desde hace tiempo, nosotros queríamos que nuestros bebés no tuvieran muchos años de diferencia, así que habíamos planeado que cuando Lisa cumpliera un año (tiempo recomendado por el ginecólogo para que cierre la cicatriz de la cesárea) buscaríamos concebir a nuestro segundo bebé.

Pasaron los meses y nada, así que me compré pruebas de ovulación y me hice exámenes para saber si todo estaba bien. Las pruebas no dejaban de marcar negativo, incluso el ginecólogo evaluó que en enero comenzaría con tratamiento para ovular ya que mi progesterona estaba baja (lo cual es normal después del primer embarazo).

En octubre, Naza y yo decidimos que mejor nos íbamos a esperar y que en enero retomaríamos el tema ya que diciembre iba a ser un mes de muchos viajes y compromisos. No solo se iba a cruzar nuestro aniversario de casados, sino también íbamos a celebrar Navidad y año nuevo fuera de casa. Ambos nos relajamos con el tema (nunca me sentí presionada sin embargo si me llegué a preocupar por no ovular). Las días pasaron y cual va siendo nuestra sorpresa…

En noviembre justo dos semanas antes de irnos de viaje de casados, tuve un retraso en mi periodo – yo soy muy exacta así que pude darme cuenta con facilidad – y curiosamente me pasó justo lo mismo que cuando me embaracé de Lisa, tuve un pequeño manchado sin llegar a tener la regla completa. Por tal, hablé con el ginecólogo quien me mandó a hacer la prueba de la fracción Beta (examen de embarazo), la cual ¡salió positiva!

Recuerdo que estaba en Perisur comprando unas cosas cuando de pronto me llegaron los resultados. No sabía qué hacer, estaba muy emocionada.

Llegué a casa y mientras Lisa terminaba de dormir su siesta, preparé este cartel para darle la noticia a Nazareno…

Nuestra emoción fue tremenda, inmediatamente le hablamos a nuestros papás y todos brincamos de la emoción. Estaba tan emocionada y emotiva que recuerdo que esa noche aún no me caía la noticia por completo, aún no comenzaba a hacerme tantas preguntas – las cuales dicen que son normales con el segundo embarazo.

Naza y yo fuimos al ginecólogo quien nos recomendó que no nos emocionáramos tanto ya que yo tenía un quiste en el ovario y que tal vez los resultados arrojaban valores altos por el quiste. No saben lo mal que la pasé, se atravesaba nuestro viaje y la incertidumbre me invadía. Las siguientes semanas lo dejamos todo a la vida, si este bebé nos había elegido a nosotros como familia, así sería. Y nos fuimos a nuestro viaje, obviamente con las recomendaciones del doctor, nada de actividades extremas y cosas por el estilo. Modificamos un poco el viaje pero lo gozamos muchísimo.

Tanto con Lisa, como en mi segundo embarazo, tengo que confesarles que no he tenido muchos síntomas. No he tenido nauseas, mareos o vómito, y he dormido muy bien, incluso aproveché el viaje y los trayectos para recargarme de energía y descansar delicioso.

Al regresar fuimos de nuevo al ginecólogo y todo marchaba bien, el quiste había disminuido y eso era una señal de embarazo. Yo no sabía, pero el cuerpo es tan sabio y su prioridad es generar vida que conforme pasa el embarazo (en la mayoría de los casos) se disminuye. Y así fue nuestro caso, pasaron los días y nuestro bebé iba creciendo. Obviamente todos estábamos muy emocionados por la noticia, incluso comenzamos a platicar poco a poco con Lisa para que empiece a entender que llegará un hermanit@ a casa.

Tengo 15 semanas de embarazo y afortunadamente todo marcha de maravilla, han sido 15 semanas muy hermosas, en ocasiones las hormonas han jugado con mis emociones, incluso hubo un par de veces en las que Nazareno me caía mal sin razón alguna – pero eso solo pasó uno o dos días – He estado muy apoyada por mi esposo, mi familia y mi familia laboral.

A mis compañeros de trabajo les tenía muy guardada la buena nueva hasta que ya no podía más de la emoción y les tuve que compartir la noticia. Imaginen en el programa me ponen ropa talla 4 y yo ya soy talla 6, ¡ya no aguantaba las ganas de compartirlo!

No les miento, a veces me siento un poco mal de saber que Lisa compartirá mi tiempo, pero he tenido la oportunidad de hablar con muchas mamás al respecto y a todas las ha pasado, así que simplemente trato de disfrutar a Lisa a todo momento y trato de no adelantarme. Para qué me angustio ahorita si en este momento no puedo hacer nada al respecto, ya llegará el momento, además, todo mundo ha sobrevivido a un hermano menor.

Por lo pronto Naza y yo estamos al 100% con ella, emocionados de que nuestra familia crezca. Siempre habíamos dicho que tendríamos 2 hijos, sin importar el sexo… Así que aquí nos quedaremos. ❤

P.D. 1 Platíquenme de su segundo embarazo
P.D. 2 ¿Les dio miedo?
P.D. 3 El viernes me conectaré vía Facebook para platicar más sobre este tema… Lo haré desde mi cuenta personal y lo replicaré en el Facebook de Proyectomamas.