Es una imagen clásica de la crianza de los hijos: caminar por la acera empujando a un dulce bebé en una carriola, saludando a los que pasan por allí. Pero tales excursiones vienen con un riesgo inesperado. Debido a su posición más cerca del suelo, los bebés que viajan en carriolas están expuestos a más contaminación de la que cabría esperar, según un estudio reciente.

Investigadores del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio de la Universidad de Surrey analizaron la cantidad de personas que respiran por la contaminación del aire y descubrieron que los bebés en carriolas están expuestos hasta en un 60% más a la contaminación que sus padres, según Science Daily. Estos contaminantes son particularmente peligrosos para los bebés, ya que pueden causar daño cerebral y obstaculizar el desarrollo futuro.

Los niños en carriolas están más cerca del piso que sus padres, y el aire tiende a estar más contaminado allí. La mayoría de los cochecitos están alrededor de 10 centímetros sobre el nivel del suelo, de acuerdo con Huffington Post, que coloca a los niños cerca de los tubos de escape de los vehículos y la contaminación que arrojan. Como informó la BBC, los investigadores descubrieron que estos niños están inhalando “metales tóxicos” que afectan el lóbulo frontal del cerebro y afectan sus capacidades cognitivas y el desarrollo del cerebro.

El profesor Prashant Kumar, director del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio, dijo en un comunicado a Science Daily que los bebés son muy vulnerables a la contaminación del aire:

“Sabemos que los bebés respiran en mayor cantidad de partículas en el aire en relación con el tamaño de su pulmón y el peso corporal en comparación con los adultos. Lo que demostramos es que la altura a la que viajan la mayoría de los niños mientras están en carriolas aumenta la probabilidad de impactos negativos de la contaminación del aire en comparación con un adulto”.

Kumar continuó explicando que “debido a sus tejidos, sistema inmunológico y desarrollo cerebral en esta etapa temprana de su vida, es extremadamente preocupante que estén expuestos a estos niveles peligrosos de contaminación”.

Los niños de todo el mundo están expuestos al aire tóxico, casi 17 millones de ellos, según un informe de UNICEF. Cuando los niños están expuestos a esta contaminación, su riesgo de tener problemas pulmonares, como asma, sibilancias, tos, cáncer de pulmón más adelante en la vida e infecciones como neumonía, se incrementan considerablemente según la British Lung Foundation.

Para mitigar este riesgo, Kumar y el equipo de investigadores sugirieron una serie de estrategias, como controlar las emisiones de los vehículos y colocar barreras, como setos entre las aceras y la carretera. Además, recomendaron esfuerzos de activismo comunitario para concienciar a los padres sobre los riesgos asociados con los paseantes y la contaminación del aire, según HuffPost.

Sin embargo, todas estas sugerencias solo se enfocan en una pequeña parte del problema. Además de recomendaciones para que las familias protejan a sus pequeños, Kumar y su equipo piden al público que realice cambios que mejoren la calidad del aire para todos, como el uso compartido de automóvil o transporte público. Ese es el principal problema.