Llevar a un bebé a casa por primera vez puede ser realmente aterrador. No solo eres responsable de mantener con vida a un pequeño humano, también puede parecer que el mundo se ha convertido en una trampa mortal gigantesca que mata bebés. Esa ansiedad es probablemente lo que hace que los monitores para bebés que miden la frecuencia cardíaca parezcan tan atractivos para los nuevos padres: si ocurriera algo horrible, teóricamente podrían alertarte antes de que sea demasiado tarde. Pero un nuevo estudio descubrió que los monitores comerciales que miden señales vitales no pueden hacer mucho para mantener a los bebés seguros en absoluto.

El líder del estudio, pediatra del Hospital de Niños de Filadelfia (CHOP) y experto en seguridad infantil, el Dr. Chris Bonafide, explicó que su equipo observó dos monitores de bebés comerciales populares para evaluar con exactitud la capacidad de detectar bajos niveles de oxígeno (hipoxia) en los bebés, según Science Daily. Y los resultados, publicados en el Journal of the American Medical Association (JAMA), fueron preocupantes. Aunque un monitor logró detectar la disminución de los niveles de oxígeno, los investigadores lo encontraron inconsistente. ¿El otro? No detectó nada.

Investigadores probaron los monitores comerciales en 30 bebés de 6 meses de edad o menos, hospitalizados en las unidades de Cardiología y Pediatría General de CHOP. Los signos vitales de los pacientes ya eran monitoreados con monitores estándar hospitalarios, pero también con uno de los dos monitores comerciales para comparar. Y las lecturas de los monitores hogareños fueron, en el mejor de los casos, esporádicas: uno detectó “al menos una lectura simultánea” de bajo nivel de oxígeno en 12 pacientes que la experimentaron, pero también mostró erróneamente que “cinco de esos 12 bebés tenían niveles normales de oxígeno “cuando en realidad no los tenían”.

Sin embargo, esto no fue el único problema que encontraron los investigadores. Los falsos positivos también eran un problema con los dos monitores domésticos: 14 pacientes que tenían frecuencias de pulso normales mientras usaban el segundo monitor tenían baches de frecuencia cardíaca (bradicardia) cuando en realidad no la tenían. Estas lecturas imprecisas pueden significar que los padres asustados llamen al 911 o lleven a sus hijos a urgencias cuando no pasa nada.

Si tu bebé está lo suficientemente sano como para estar en casa contigo en primer lugar, es probable que no necesite que lo vigilen, y por más atractivos que parezcan estos monitores para tu tranquilidad, es posible que terminen por estresarte. Si bien es cierto que, en algunos casos, se recomienda la monitorización continua (como en recién nacidos prematuros), esos niños son monitoreados con equipos reales de nivel hospitalario, no monitores comerciales.

Lo que es más, sin embargo, es que incluso monitores de oxígeno y la frecuencia cardíaca de grado hospitalario no han demostrado reducir el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SIDS) según The Washington Post.

Lo que los padres deben hacer es seguir recomendaciones ya comprobadas de hábitos de sueño seguros, como lo describe la AAP: poner a los bebés boca arriba, sobre una superficie firme, sin otra ropa de cama u objetos blandos que puedan presentar un riesgo de asfixia. Lactancia, no fumar y que el bebé duerma en tu misma habitación pero en su cuna, también ayuda.