Hay una tendencia reciente para las madres que dan a luz a través de cesáreas, aunque su efectividad y los riesgos de seguridad involucrados son cuestionables. Se llama siembra vaginal y es el proceso de tomar muestras de líquido de la vagina de la madre e insertarlo en la boca, los ojos y la piel del bebé. Los que creen en la práctica argumentan que le proporciona al niño las bacterias buenas que puede estar perdiendo al no pasar por el canal vaginal al nacer.

Sin embargo, otros argumentan que, en el mejor de los casos, es ineficaz y puede exponer a los bebés a bacterias, enfermedades o ETS dañinas en el peor de los casos. Con todo esto considerado, es fácil concluir que la “siembra vaginal” se está convirtiendo oficialmente en una tendencia, y los médicos están divididos sobre su seguridad.

The Sun informó sobre la creciente popularidad de la siembra vaginal, y señaló que los expertos dicen que podría hacer más daño que bien. Citaron a un grupo de doctores de la Sociedad Danesa de Obs y Gynae que argumentaron que el contacto piel a piel, la lactancia y la dieta eran más importantes para transferir buenas bacterias y apoyar el sistema inmune del bebé. La siembra vaginal, por otro lado, tiene el peligro potencial de transmitir enfermedades como VIH, clamidia, gonorrea, herpes, estreptococos del grupo B y E. coli.

La BBC también informó el martes que el profesor Peter Brocklehurt de la Universidad de Birmingham está trabajando en algo llamado Baby Biome Study, que es una investigación destinada a descubrir por qué los bebés nacidos por cesárea tienen tasas más altas de enfermedades como el asma y las alergias. Él dijo a BBC: “La primera vez que el sistema inmunitario de un bebé tiene que responder son las primeras bacterias”, lo que justifica que la primera exposición sea la más beneficiosa para la salud del bebé.

Un estudio publicado en 2015 por el British Medical Journal encontró que los bebés nacidos por cesárea tenían tasas más altas de obesidad, asma y diabetes tipo 1 en la edad adulta.

Sin embargo, parece que la siembra vaginal podría no ser la respuesta que están buscando las nuevas mamás. Un estudio también publicado por el British Medical Journal en 2016 concluyó que debido a la falta de pruebas concluyentes de su beneficio, la siembra vaginal debe ser prohibida. El autor principal del estudio, el Dr. Aubrey Cunnington, dijo a Fit Pregnancy:

“Sí, en teoría, la siembra vaginal podría alterar el riesgo de enfermedades en etapas posteriores de la vida, pero estamos a muchos pasos de contar con la evidencia para demostrarlo”, dijo el Dr. Cunnington, profesor de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Imperial College de Londres.

En noviembre de 2017, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) publicó un estudio en el que acordó que la siembra vaginal no es lo suficientemente segura para ser una práctica habitual: “La siembra vaginal no debe realizarse fuera del contexto de un protocolo de investigación aprobado por la junta de revisión institucional hasta que estén disponibles los datos adecuados sobre la seguridad y beneficio del proceso”.

A pesar de las preocupaciones, la investigación antes mencionada no debería ser un caso para evitar las cesáreas. Los partos vaginales vienen con sus propios factores de riesgo, y la opción de tener una cesárea es a veces una necesidad personal y, a veces, médica. Pero es importante conocer los riesgos. Sin más investigaciones, es difícil determinar si la transferencia de bacterias a través de la siembra vaginal es más dañina que efectiva.