Seguramente ya has escuchado este término más de una vez o conoces a alguien que este aplicándolo con sus hijos. Pero ¿Qué tiene de diferente? O ¿En que consiste?

La disciplina positiva es mucho más que una filosofía o metodología educativa, es una forma de vivir y educar a los niños basada en el respeto y amor entre papás e hijos. Es el punto medio entre ser estrictos y basarse en castigos, que lo único que provocan son efectos negativos y el ser permisivo, dándole herramientas al niño para que él sea quien mande en casa.

Para educar a los niños y que aprendan sobre responsabilidad es importante establecer límites y reglas las cuales le aportarán seguridad, no se trata de imponerlas, sino utilizarlas como un medio para que el niño se desarrolle adecuadamente haciéndose responsable de sus actos y comprendiendo que toda acción tiene una consecuencia.

La disciplina positiva no se basa en educar con premios, sino en motivar y alentar, una educación que no castiga, pero si se enfoca en soluciones.

Existen cinco pilares fundamentales en los que se basa esta metodología:

1.- Respeto mutuo: Estos son los cimientos de una buena educación, si los papás enseñan al los niños a dirigirse con amabilidad y respeto, se crea una buena relación y se fortalece el vínculo entre ellos.

2.- Aprendiendo de los errores: Los errores son una excelente oportunidad para educar, una disciplina efectiva es la que busca las razones que hacen actuar a los niños de cierta manera y trabajar sobre ellas para cambiar la creencia en lugar de intentar cambiar solamente el comportamiento.

3.- Sin castigos: Una disciplina que enseña no es ni permisiva ni excesivamente  estricta. La disciplina positiva se enfoca en soluciones en lugar de castigos. El castigo es efectivo a corto plazo, pero tiene consecuencias negativas a largo plazo.

4.- Comunicación efectiva: Resolviendo problemas, fomentando el vínculo con el niño y escuchando sus necesidades.

5.- Alentadora: Poniendo atención al esfuerzo, no simplemente al éxito. Fortaleciendo la autoestima, es importante enseñar habilidades valiosas para forjar un buen carácter.

La disciplina positiva no se trata de hacer un listado de tips para crear una educación respetuosa. El inicio del proceso de esta filosofía es cambiar tu manera de pensar y actuar ante la educación, se trata de un trabajo interno para llegar de una forma más compasiva y comprensiva con los niños.

¿Cómo poner límites?

  • Deben ser mensajes concretos: Explícale que esperas de él,  qué conductas son las adecuadas y cuáles no.
  • Utiliza frases positivas: Los niños responden mejor a mensajes positivos y afirmaciones, en lugar de imponer frases negativas.
  • Marca límites de forma firme pero tranquila: Es mejor hacerlo de forma tranquila, teniendo un tono firme.
  • No ceder: Es un momento fundamental en la educación, se trata de mantenerse firme en el NO ante sus caprichos, peticiones, llantos o berrinches. Si cedemos le enseñamos que puede cambiar lo que no le gusta mediante agresiones y llantos y haciéndolo poco tolerante a la frustración.
  • Ofrece alternativas: A pesar de que no debemos ceder, si podemos proponer alternativas o incluso negociar dentro de lo que consideremos es adecuado.

Recuerda si quieres que te escuchen, escucha, si quieres respeto, respeta, si quieres que confíen en ti, inspira confianza, se positiva y tendrás un hogar con más armonía.