¿Cómo se escribe poco más de ocho años en una hoja, ocho años de muchas emociones y sentimientos encontrados? Sí, yo quería tener hijos y una vida “perfecta”, pero no me esperaba lo que nos pasaría.

Hasta los ocho meses mi embarazo era normal, recuerdo que fui a una consulta de rutina y ya no salimos del hospital, nuestro embarazo se adelantó, nuestro hijo nació de forma prematura. No suelo planear muchas cosas, pero tampoco me esperaba un nacimiento prematuro; fue muy difícil los primeros días llegar a una casa sin bebé y tener que estar todo el día en una sala de espera hasta que nos dieran la oportunidad de que lo viéramos en cuidados intensivos y así se pasaron los primeros 16 días de su vida… por fin felices de tenerlo en casa, pero angustiados, ya que en el hospital pasó por muchas cosas y su salud no había sido la mejor.

En los primeros 10 meses realizamos muchos estudios, descubrimos que nuestro hijo no escuchaba. Recuerdo perfectamente ese día, fue un día muy difícil y solo era el principio de los que hemos vivido y de lo que nos falta por vivir.

Recuerdo que en ese momento me sentía como en un túnel sin salida, lo que nos pasó lo veía como una tragedia, lloré y sufrí mucho porque no quería que él sufriera y me hubiera encantado cambiar las cosas pero no podía. La luz llegó, el amor que irradia, la unión que causó en nosotros, la ayuda de la familia y amigos y la conciencia que va sembrando en la sociedad día con día me dieron Fé para seguir adelante.

El tiene una discapacidad y como lo dije antes no la puedo cambiar, pero siempre caminaré a su lado para vencer cada reto que se nos presenta, porque sé que los habrá.

El amor no se escucha ni se dice, el amor se demuestra. Te amo Hijo.

Alejandra Cavazos.