Para los adultos, al menos, los vómitos son alarmantes en parte porque ya no tienes el control cuando la enfermedad se apodera de ti. Por lo general, nuesro cerebro desencadena el vómito en respuesta a algún peligro real o percibido: una infección, por ejemplo, o la ingestión de una sustancia venenosa. Pero, ¿qué sucede en el cerebro de un bebé cuando vomitan? ¿Es tan estresante para ellos como lo es para nosotros?

Según Kristin Gourley, IBCLC, especialista en lactancia con Lactation Link: “los vómitos generalmente causan angustia en el bebé. En general, el bebé probablemente se sentirá mal y puede tener diarrea u otros síntomas como tos persistente”. Lo más probable es que los bebés no disfruten los vómitos más que las personas adultas. Al igual que nosotros, no tienen control sobre la respuesta violenta de su cuerpo a una amenaza percibida.

Fisiológicamente hablando, el vómito es complejo. Según un artículo publicado por la Universidad Estatal de Colorado, el diafragma se contrae bruscamente justo antes de vomitar, forzando la apertura del esófago. Al mismo tiempo, los músculos abdominales se contraen, forzando el contenido del estómago hacia arriba y afuera. En última instancia, el cerebro controla esta respuesta, desencadenando el vómito de uno de los dos “centros de vómito” bilaterales.

Extrañamente, muchas causas de los vómitos tienen poco que ver con el estómago o con cualquier cosa que hayas comido, lo que lo convierte en un síntoma inquietante y a veces misterioso. Debido a que los bebés son propensos a deshidratarse, siempre debes llamar al médico si tu bebé está vomitando. Recuerda, la diferencia entre regurgitar y vomitar depende del nivel de comodidad del bebé: la regurgitación no es grande, pero el vómito es realmente estresante. Según Parents, los vómitos son “traumáticos” tanto para los niños como para los padres.

El Dr. Jarret Patton, un pediatra con sede en Pennsylvania, aconseja que si lo que tu bebé vomita, es sanguinolento o verde, llames a un médico de inmediato.

Pharmacy Times denomina el vómito como una experiencia miserable y las náuseas, que generalmente lo preceden, hacen que todo el cuerpo pierda peso. Esa sensación de mareo perturba el sistema digestivo y puede hacer que tu corazón se acelere. Salivas más y aumentan los ácidos gástricos. Además de todo eso, el reflejo del vómito es físicamente violento e imposible de detener una vez que comienza.

Por el lado positivo, los vómitos protegen al cuerpo de los venenos, por lo que vomitar es un importante reflejo de supervivencia. Además, los niños vomitan más que los adultos, y algunos niños vomitan más que otros.

Para los bebés, por supuesto, es mejor actuar con precaución y llamar al pediatra si se produce el vómito. Sin un estudio de resonancia magnética, es imposible saber exactamente qué sucede en el cerebro de un bebé cuando vomitan, pero el reflejo es en gran medida el mismo que el de un adulto, y probablemente no sean mucho más felices que las personas adultas.