Muchas mamás sufren al vivir las críticas constantes por mantener a sus hijos casi todo el tiempo cerca de ellas, ya sea cargándolos todo el tiempo, llevándolos a donde sea con ellas o durmiendo junto a ellos. Pero un nuevo estudio muestra cómo los bebés abrazados pueden afectar su propio ADN… y de manera positiva, para que cuando alguien te moleste por abrazarlo mucho, tengas con que contestarle.

Investigadores de la Universidad de British Columbia en Canadá recabaron información de los padres de 94 bebés para este nuevo estudio. Publicado en la revista Desarrollo y Psicopatología, el estudio pidió a los padres que registraran los hábitos de caricias y abrazos con sus hijos, comenzando a las 5 semanas de vida, mientras que también realizaban un seguimiento de las conductas, como cuánto lloraban y dormían.

Cuatro años y medio después, los investigadores recolectaron hisopos de ADN de los niños para analizar una modificación bioquímica llamada metilación del ADN. Esto afecta la forma en que las células maduran y se expresan, de acuerdo con ScienceAlert.com y puede verse afectado por factores externos, como el contacto físico con un cuidador.

Entonces, ¿qué encontraron los investigadores exactamente? Descubrieron diferencias en la metilación del ADN entre niños “de alto contacto” y niños “de bajo contacto” en cinco sitios específicos de ADN.

Dos de estas diferencias estaban dentro de los genes: uno relacionado con el sistema inmune y el otro con el sistema metabólico. Además, los investigadores analizaron la edad epigenética de los niños, que es el envejecimiento biológico de la sangre y el tejido, informa la publicación. En los niños que no habían tenido mucho contacto cuando eran bebés y experimentaron más angustia en los primeros años, este marcador fue más bajo de lo esperado en comparación con su edad real. “En los niños, creemos que un envejecimiento epigenético más lento podría reflejar un progreso del desarrollo menos favorable”, dijo Michael Kobor, quien formó parte del equipo de investigación, en un comunicado de prensa.

La autora principal del estudio, Sarah Moore, hizo hincapié en que aún se necesita más investigación para ver lo que estos resultados podrían significar para los niños a largo plazo. “Planeamos hacer un seguimiento sobre si la ‘inmadurez biológica’ que vimos en estos niños conlleva amplias implicaciones para su salud, especialmente su desarrollo psicológico”, dijo Moore. “Si más investigaciones confirman este hallazgo inicial, se subrayará la importancia de proporcionar contacto físico, especialmente para los bebés con problemas”.

Así que si tu forma de crianza es con apego, deja atrás las críticas de otros, lo estás haciendo más que bien y estás ayudando a las defensas y sistema inmune de tu hijo, aunque para los demás sólo sea consentirlo de más. Entonces abrázalo mucho, mucho, mucho y no escuches a los demás.