“En las peores situaciones de la vida, te das cuenta de lo fuerte que puedes ser”…

Ha sido sin duda una semana muy difícil para todos, una semana en la que hemos llorado, hemos estado tristes, con miedo… mucho miedo, pero también ha sido una semana en la que al menos en lo personal, he cuestionado y replanteado algunas cosas de mi vida.

Sin duda el martes pasado fue un día que marcó la vida de todos los que vivimos en la CDMX. Muchas de nosotras sentíamos impotencia de no poder salir a la calle a ayudar, a levantar una piedra, a pasar horas con los brigadistas. Muchas de nosotras ayudamos pero no de la manera en la que hubiéramos querido. Yo, por ejemplo, me quedé en casa con mi bebé, no tenía quien se quedara con ella, me turné con Nazareno para que él hiciera el trabajo pesado de llevar ayuda a los lugares que lo necesitaban, mientras yo iba con Lisa al súper a comprar las cosas que se necesitaban. Hubiera querido hacer más.

Pasaron mil cosas por mi cabeza… ¿Y si me la llevo?, ¿será muy complicado?… pero desistí, como sabrán ser mamá de una recién nacida es complicado. Me daba miedo que algo le pasara a mi bebé, aún no domino al 100% las salidas y tenía miedo de estorbar en vez de ayudar. Me sentí egoísta por un momento, pero no sabía cómo reaccionar ante una situación así. Encontré un post que puso BBMUNDO:

“No se sientan impotentes por quedarse en casa. En este momento, eduquen a sus niños y niñas a ser fuertes, solidarios, amorosos y a saber que hay muchas formas de ayudar no solo hoy, sino el resto de los días.

Quizá hoy no levanten escombros, ni alimenten a brigadistas, pero su trabajo como mamás se verá reflejado en los próximos días y años.

Hoy son mamás de la futura generación de mexicanos que deben crecer aprendiendo del AMOR Y RESPETO”.

Por un momento me sentí aliviada, pero después me dije: “Esto no aplica para recién nacidos” – me sentí muy mal. Recordé mi época de “No mamá” y sabía perfectamente que en otras condiciones no hubiera dormido por días con tal de ayudar, pero mi vida ha cambiado y había algo que me decía que tenía que quedarme con mi bebé. Utilicé mis redes sociales para difundir todo tipo de ayuda, doné en diferentes plataformas, compré y mandé cosas a la Cruz Roja, y a 4 centros de acopio, pero para mi no fue suficiente. Me hubiera gustado dar más. Hablando con Nazareno me dijo: “Somos una familia, deja de estresarte, el trabajo que estoy haciendo yo cuenta como si lo hiciéramos los 3”. El viernes que es nuestro día de “salida de novios” y Lisa se queda con Mary, aproveché que mi bebé estaba en buenas manos y nos fuimos a ayudar. Sin embargo 5 horas no fueron suficientes.

Hablando con una amiga (colaboradora también del sitio) me dijo: “La ayuda se va a necesitar por meses, así que nosotras que tenemos hijos vayamos juntando ropa y cosas… hagamos un mini centro de acopio con nuestra familia y busquemos casos específicos para ayudar”… Me quedé más tranquila. Y sí, la semana pasada todos saqueamos las tiendas para poder mandar víveres y medicamentos; esta semana todos regresaron a sus trabajos, algunos ya entraron a clases pero la ayuda aún se necesita. Me decía mi papá: Qué sea por semana, ve planeando de qué forma puedes ayudar. Esto no acaba aquí, el rescate termina hasta que todas las personas que perdieron sus casas tengan un techo digno para vivir. El compromiso es grande y sé que se va a lograr.

Lisa nació en el 2017, año en el que todos demostramos de qué estamos hechos, año en el que la tierra nos sacudió y nos despertó… qué bonito se siente ver a nuestro país unido y luchado por los que nos necesitan. No faltan los que despotricaron en redes sociales y sacaron su amargura, los que robaron y los que asaltaron, aprovechándose de la desgracia que vivimos, pero somos más los buenos y eso es de aplaudirse.

Le pregunté a una persona que sobrevivió el temblor del 85 que cuando se pasaba el miedo… y me dijo: “Solo con el tiempo…”

Gracias por leerme. Deseo de corazón que sus familias estén bien. ¡ÁNIMO CHICAS!

P.D. 1 Si se quieren unir a Leslie y a mi… mándenme mensaje

P.D. 2 Abracen mucho a sus hijos, ellos son nuestra gran medicina

P.D. 3 Vive la vida como si fuera tu último día… se escucha trillado, pero es la verdad

P.D. 4 Aprendí que todos ayudamos: los rescatistas, los militares, los brigadistas, los voluntarios, los que prepararon y regalaron comida, los que transportaron gente, los que hicieron llegar lo necesario, los que donamos, los médicos y paramédicos, los que rescataron animalitos, los ingenieros y arquitectos, los que difundieron información… No importa si es poca o mucha, todos estuvimos unidos en esta ocasión. Ojalá siempre sea así.