Eres de las que piensa que solo tú puedes hacer las cosas mejor? Que solo tú tienes la respuesta correcta? Que siempre quieres ser la número uno en todo? Este artículo es para ti.

A mis casi 60 años he visto pasar la película de mi vida en este momento, siempre esforzándome en ser la mejor en todo, la mejor mujer, la mejor esposa, la mejor mama,  sobre todo cuando son proyectos que me apasionan, y en muchas ocasiones me he sentido triste por no ser valorada, pero que hay detrás de esta forma de ser?

Creo que estamos en este mundo para disfrutar de todo lo que nos da la vida, y precisamente eso es lo que NO hacemos, porque permitimos que en nuestro pensamiento siempre este la competencia, aunque no lo creas, competimos todo el tiempo y no nos damos cuenta, competimos con nosotras mismas, con la pareja, con las compañeras y aunque no sea con el fin de lastimar a alguien sino probarnos a nosotras mismas que somos capaces, pero al final es competencia.

Si observamos la vida de un atleta, se prepara todo el tiempo y solo los que tienen una mente de ganador son los que salen victoriosos, y eso es perfecto, pero cuando no estamos en esta profesión hay mil distractores que nos impiden lograr eso que queremos y entonces se vuelve una obsesión, y por más que nos esforzamos viene la desilusión porque siempre habrá alguien con diferentes capacidades y tiempo disponible para lograr un mejor desempeño.

Y este es el momento para dirigirnos al mejor lugar que hay en nuestra vida, a nuestro corazón, ese que te dice todo el tiempo, tranquila, no te preocupes, todo está bien, esto pasará y mil cosas más, pero que lamentablemente no lo escuchamos por estar inmersas en estos pensamientos que día a día te consumen y dejan muy poco tiempo para respirar el aire de la tranquilidad.

Somos seres imperfectamente perfectos, así que nunca sabes cuando esta perfección embonara en una causa, o en algún trabajo o simplemente con algún compañero de vida, y esto sucederá cuando regresemos a ese lugar seguro que está en nosotras, a nuestro corazón porque ahí está el receptáculo de la divinidad que constantemente nos inspira a lograr no todo lo que deseamos, pero si lo que nos dará plenitud en la vida.

Afortunadamente desperté de esta carrera de sobresalir hace tiempo, porque ahora puedo aceptarme tal cual soy , con mis virtudes y defectos y solo desde ahí he podido lanzarme con paz y confianza absoluta que lo que es para mí se manifestará siempre con claridad de intención.

Hoy te invito a que busques esa claridad dentro de ti, que es lo que si quieres en la vida, si tu deseo es cuidar a tus hijos hazlo , si deseas una realización profesional hazlo, haz aquello que resuene con quien eres y con todo tu ser, sin juicios ni comparaciones , Hoy te invito a solo ser ese ser maravilloso que hay en ti y que se expresara en perfecta congruencia, sin miedos, sin límites, sin juicios y sin competir.

Haz que tu mente y tu corazón sean amigos, no dejes que lo que te rodea te arrastre a una carrera que solo te traerá desgaste y frustración, se Tú,  auténtica, libre y feliz, disfruta cada momento como si fuera el último , porque de algo puedes estar segura, ese momento no regresará, ama intensamente empezando por ti , por quien eres, ese ser imperfectamente perfecto que tiene la dicha de estar en este mundo para dar su esencia.

No tengas miedo de decir que quieres de la vida, díselo a ti misma, hónralo y respétalo ya que es tan valioso como la joya más preciada, y si lo que eres no resuena con lo que encuentras en tu camino ya llegará la oportunidad correcta, pero mientras sonríe que la vida no dejará que te vayas sin saborear la miel de tus deseos.

Encuentra tu verdadero camino como yo encontré el mío, un fuerte abrazo de luz para ti.