La placenta proporciona nutrimentos importantes para el bebé en desarrollo, por lo tanto, es crucial para su desarrollo. Por lo general, el embarazo se lleva a cabo sin complicaciones. Sin embargo, a veces pueden surgir problemas y sus complicaciones pueden ser muy graves y pueden causar problemas tanto para la madre como para el bebé.

Insuficiencia placentaria:
La insuficiencia placentaria es la falla de la placenta para proporcionar suficientes nutrimentos al feto durante el embarazo. Esto es causado porque ésta no crece o funciona correctamente y puede dar lugar a la restricción del crecimiento fetal y bajo peso al nacer. No hay síntomas conocidos de insuficiencia placentaria, pero el bebé nonato puede moverse con menos frecuencia de lo esperado. La restricción del crecimiento fetal puede ser detectada por tu médico cuando mide la altura de la parte superior del útero, llamada fondo. La condición y el tamaño de la placenta y la salud del bebé, también pueden ser monitoreados mediante ultrasonido.

Infartos en la placenta:
Así como lo lees. Puede haber áreas de tejido muerto, llamadas infartos, dentro de la placenta que resultan en un flujo sanguíneo reducido en esas áreas. Estos infartos son a menudo causados ​​por un problema con los vasos dentro de la placenta. Se sabe que la hipertensión inducida por el embarazo aumenta el número de infartos dentro de la placenta. Por lo general, estos infartos no afectarán al feto. Sin embargo, en ciertos casos y especialmente en mujeres con hipertensión grave, esta reducción del flujo sanguíneo puede ser suficiente para causar un crecimiento deficiente e incluso la muerte del bebé nonato.

Placenta previa:
La placenta generalmente se implanta y crece en la parte superior del útero. Del 0,5% al ​​1% de los embarazos, la placenta se implantará en la parte inferior del útero, bloqueando el cuello uterino, que es la apertura desde el útero a la vagina. Esta condición es más común en mujeres mayores, fumadoras y mujeres que han tenido cesáreas anteriores o abortos.

Se suele diagnosticar mediante ultrasonidos. Si el cuello uterino está completamente bloqueado, el bebé no puede nacer vaginalmente y necesitará ser tratado por cesárea. Si el cuello del útero está sólo marginalmente bloqueado durante el embarazo, existe la posibilidad de que cuando el útero crece, el borde de la placenta se aleje más del cuello uterino para que el parto pueda avanzar con seguridad. Si no es así, se recomienda una cesárea.

Placenta completa previa

Aquí la placenta se implanta en la parte inferior del útero y bloquea el cuello uterino. El bebé necesitará ser atendido por cesárea.

Placenta Marginal Previa

La placenta se encuentra normalmente en la parte superior del útero. En este caso se implanta cerca de la parte inferior del útero y puede bloquear parte del cuello uterino. Es posible que el bebé necesite ser atendido por cesárea.

Es una causa común de sangrado durante el embarazo tardío. En el segundo trimestre, el sangrado debe detenerse con el reposo en cama, ya sea en casa o en el hospital. Si no se detiene, deben supervisarte en el hospital y posiblemente darte transfusiones de sangre. Si tu sangrado continúa o se repite, es posible que deba monitorearse en el hospital hasta que el bebé no nacido tenga una edad en la que pueda sobrevivir fuera del útero. Si el sangrado se detiene, pueden darte de alta del hospital para continuar el reposo en casa.

En el tercer trimestre, el monitoreo continúa. Si tu sangrado es significativo y sigue después de las 34 semanas de embarazo, tu médico puede decidir seguir adelante con una cesárea. En el tercer trimestre, algunas mujeres con esta condición tienen varios episodios de sangrado pequeños seguidos de un sangrado masivo que requiere un parto quirúrgico inmediato para prevenir la muerte del bebé, ya que esta condición se asocia con mayores tasas de parto prematuro y por lo tanto bajo peso al nacer, así como el síndrome de dificultad respiratoria y anemia en el bebé.

Desprendimiento de la placenta
El desprendimiento placentario es una condición en la que una parte de la placenta se separa del útero durante el embarazo. Hay muchos vasos sanguíneos dentro de ella que transfieren nutrimentos de la madre al bebé nonato. Si la placenta se separa durante el embarazo, estos vasos sanguíneos se rompen y por lo tanto, hay sangrado. Cuanto mayor sea el área que se separa, más sangrado hay.

Placenta accreta:
Cuando ésta crece demasiado en la pared interna del útero. La placenta se adhiere tan firmemente al útero que no se separará correctamente del útero después de que nazca el bebé. Es más común en las mujeres que tienen cicatrices uterinas de partos anteriores o cirugías como la cesárea.
Tanto la acreta, como sus variaciones increta y percreta, causan sangrado excesivo después del parto. Por lo general, la placenta debe eliminarse quirúrgicamente para detener el sangrado. Si el sangrado no puede ser detenido de esta manera, es posible que sea necesario retirar todo el útero.